BRUSELAS, 12 (EUROPA PRESS)
"Una cosa está clara, los Veintisiete respaldan la música del texto. Habrá palabras que querrán cambiar, matices, pero el documento es un enfoque sólido y completo hacia China. No he escuchado ningún desacuerdo concreto", ha señalado en rueda de prensa tras la cita de ministros de Exteriores en Estocolmo.
En este sentido, el jefe de la diplomacia comunitaria ha defendido que su propuesta es una "buena base" para cerrar una posición de unidad de la UE ante China, aunque luego pueda haber "tonalidades" entre Estados miembros.
Este debate llegaba tras el carrusel de visitas de dirigentes europeos a Pekín que evidenció las diferencias existentes en la UE sobre la relación con el gigante asiático. El documento aboga por una posición pragmática hacia China, adaptando las relaciones a la nueva realidad de una potencia con mayor influencia política, militar y económica, que perfila un choque con Estados Unidos y que cuenta con un nacionalismo en auge.
Ahora se espera que el documento se someta a actualizaciones y mejoras por parte de los Veintisiete con la idea de presentar una versión definitiva a los líderes de la UE antes del Consejo Europeo de junio para que adopte una posición clara en las relaciones con Pekín.
DOCUMENTO DE BORRELL
La propuesta presentada por el Servicio de Acción Exterior este viernes apuesta por una relación pragmática con China en la que se mantengan los canales de comunicación abiertos, pero a la vez impulsar unas relaciones comerciales mas equilibradas y asegurar que Pekín juega un papel constructivo en el escenario mundial, en especial para conseguir que Rusia retire sus tropas de Ucrania.
El documento, al que ha tenido acceso Europa Press, señala a China como un socio, competidor y rival, como lo definió la UE en 2019, pero reconoce que estos elementos dependen de la propia conducta del país asiático en la arena internacional.
La diplomacia comunitaria aboga por mantener contactos "proporcionales" al interés chino y los objetivos europeos en materia de paz y estabilidad, aunque recalca que la UE tiene que tener de todos modos los canales diplomáticos abiertos para un contacto "realista, directo y multifacético" con Pekín.
"La rivalidad sistémica puede aparecer en casi todos los ámbitos de actuación. Pero esto no debe privar de mantener abiertos los canales de comunicación y buscar una cooperación constructiva con China", recoge la propuesta, que propone romper el "creciente aislamiento autoinducido" por los mandatarios chinos.
Gran parte de las relaciones con el bloque europeo estarán marcadas por el devenir en la guerra de Ucrania, recalca la estrategia diseñada por Borrell, que indica que poner las condiciones para una paz justa y evitar un enfoque "selectivo" en principios del orden mundial definirá el enfoque de la UE hacia el gigante asiático.
En este punto, los servicios diplomáticos recalcan la exigencia a Pekín de que ejerza su influencia sobre el Kremlin para poner fin a la guerra, subrayando que las relaciones quedarán tocadas "si China no empuja a Rusia a retirarse de Ucrania".