MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
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Las Fuerzas de Seguridad han señalado que se está investigando a los sospechosos de terrorismo, al tiempo que han indicado que tenían como objetivo a altos dirigentes de la región de Amhara y "estaban coordinados localmente y en el extranjero para derrocar al gobierno federal atacando violentamente el sistema constitucional y controlando la estructura gubernamental de la región", recoge Fana BC.
Así, Adís Abeba ha asegurado que los atacantes eran "fuerzas extremistas" que han recibido apoyo logístico y financiero desde varios países con el objetivo de realizar "misiones para llevar a cabo el terror" a nivel regional y federal contando con armas, dispositivos de comunicación por satélite y ordenadores portátiles con "diversa información".
También han acusado a las "fuerzas extremistas" de crear falsos rumores y difundir propaganda, "dividiendo al pueblo en líneas étnicas y religiosas, y forzando al país a alejarse del camino de cambio y desarrollo que inició para entrar en el caos y el desorden".
El líder del partido en Amhara, Girma Yeshitila, ha sido una de las figuras centrales de la controvertida decisión de disolver las fuerzas especiales de las regiones etíopes para integrarlas en las Fuerzas Armadas. Las fuerzas especiales de Amhara son especialmente poderosas y se alinearon junto al Ejército en la guerra contra el TPLF.
En el fondo de esta cuestión reside el temor a que estas fuerzas regionales se conviertan en una amenaza para el Ejército dado que están configuradas "en torno a identidades étnicas" que, en el peor de los casos, podrían acabar degenerando estos efectivos en milicias contrarias al Gobierno federal.
Tras la muerte de Girma, la Fuerza de Intervención Conjunta de Seguridad e Inteligencia de Etiopía anunció el comienzo de "medidas decisivas" contra las fuerzas extremistas a las que atribuye la responsabilidad del asesinato.