GINEBRA (AP) — El principal organismo de Naciones Unidas sobre derechos humanos celebraba el jueves una sesión de emergencia sobre Sudán para llamar la atención sobre los asesinatos, lesiones y otros abusos contra civiles desde que estalló el conflicto entre dos generales el mes pasado.
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El Consejo de Derechos Humanos, en el que participan los 47 estados miembros de la ONU, tenía previsto votar una resolución que aumentaría el escrutinio sobre las violaciones de derechos humanos que se están produciendo en Sudán.
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Los combates en Sudán comenzaron como resultado de una lucha de poder entre el jefe del ejército sudanés, Abdel Fattah Burhan, y el general rival Mohamed Hamdan Dagalo, que lidera un poderoso grupo paramilitar llamada Fuerzas de Apoyo Rápido.
En el discurso de apertura de la sesión, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, acusó a ambos bandos de violar el derecho internacional humanitario.
Turk acusó al ejército sudanés de realizar ataques en zonas civiles populosas y a las FAR de tomar “numerosos edificios en Jartum para utilizarlos como bases de operaciones, desahuciando a residentes y lanzando ataques desde zonas urbanas densamente pobladas”.
La petición de realizar la sesión especial fue liderada por países occidentales. Estados miembros del consejo como Chile, Costa Rica, Georgia y Kirguistán, se sumaron a la sesión especial. Los principales impulsores del borrador eran varios países europeos y Estados Unidos.
Aunque todos los representantes pidieron de forma unánime una desescalada del conflicto, algunos expresaron su escepticismo sobre el borrador de resolución.
“Lamentamos que este borrador de resolución incluya términos que este consejo aún no ha tenido tiempo de debatir y que merecerían una revisión en profundidad”, dijo Salim Baddoura, representante libanés de la oficina de Naciones Unidas en Ginebra. No dio más detalles.
Por ahora, el conflicto se ha cobrado las vidas de más de 600 personas, incluidos civiles, y desplazado a cientos de miles. La violencia también se ha expandido a otras regiones, como la inestable provincia de Darfur.
La ONU ha expresado su preocupación sobre la situación de los civiles atrapados en el fuego cruzado, así como por la seguridad alimentaria y las entregas de ayuda, y ha pedido apoyo para los países vecinos que han recibido a gente que huye de la violencia.
Por otro lado, docenas de expertos independientes que trabajan con la oficina de derechos de la ONU emitieron un comunicado conjunto el jueves en el que citaban reportes de “civiles de todas las edades que sufren diversas violaciones de los derechos humanos” en Sudán, como agresiones sexuales, violencia sexista, saqueos y desabastecimiento de comida, agua y atención médica.