MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
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En concreto, señala que, si en 2012 la población de 65 o más años suponía el 17,4% de la población, en 2022 ya superaba el 20%. En cambio, la población menor de 20 años cayó en 2022 hasta el 19,2%, tras años estancada en torno al 20%.
Así, Funcas explica que la proporción de población mayor de 64 años en España ya sobrepasa a la de menos de 20 años, algo que ya ha ocurrido en Alemania, Italia y Portugal, entre otros países europeos.
De esta forma, el análisis apunta hacia "un mayor desequilibrio entre generaciones en las próximas décadas", lo que plantea "un reto en la medida en que los colectivos de los que se esperan comportamientos solidarios --es decir, de cooperación y generosidad mutuas-- tienen recursos que los sitúan en posiciones muy diferentes".
Según precisa Funcas, en la actualidad, las generaciones mayores son "las que absorben más parte de la renta nacional canalizada por los Estados del bienestar europeos", suelen ser "las que disponen de más patrimonio financiero e inmobiliario y, por su peso demográfico, son actores determinantes de los resultados electorales".
En concreto, indica que, desde 2013, la renta por persona y unidad de consumo más alta se da en el grupo de personas mayores de 64 años, que también presenta, desde 2010, el riesgo de pobreza o exclusión social más bajo.
Estos datos, según argumenta Funcas, trazan "un contexto más favorable a la tensión que a la solidaridad intergeneracional". Si bien, en el caso español, considera que "no se observa conflicto", algo que atribuye "a las estrechas relaciones entre generaciones de las familias españolas".
Citando las respuestas a una pregunta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la frecuencia con la que se queda "para salir o reunirse en casa" con familiares no convivientes, incluyendo a padres, madres e hijos, Funcas concluye que la pandemia no ha debilitado la frecuencia de los encuentros presenciales entre familiares de distintas generaciones.
Además, destaca que la proporción de mujeres españolas que quedan o ven a sus padres y madres (no convivientes) "varias veces a la semana" alcanzó el pasado mes de marzo el 56%, una cifra que disminuye en el caso de los hombres.
Para Funcas, es razonable suponer que las dos esferas de solidaridad intergeneracional, la familiar y la social, están conectadas y que, mientras permanezcan así, la probabilidad de conflictos intergeneracionales será menor. En todo caso, advierte de que esta "salvaguarda familiar" también puede debilitarse en sociedades en las que, como la española, las generaciones más jóvenes se vacían por la caída de los nacimientos.