MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
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El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, ha reclamado al Ejército de Sudán y a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), protagonistas desde el sábado de unos combates que han dejado al menos 270 muertos, que acuerden un alto el fuego con motivo del Eid al Fitr, fecha que marca el fin del mes de Ramadán y que se celebrará este viernes.
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"Pido a los hermanos sudaneses, al Ejército y a las RSF, en nombre del arabismo, el islam y la humanidad, que declaren un alto el fuego durante los días del Eid para que la población pueda respirar y hacer frente a los casos humanitarios críticos y urgentes", ha dicho, según un comunicado publicado en la página web del organismo.
Así, ha manifestado que "es motivo de gran tristeza que el bendito Eid al Fitr halle al pueblo de Sudán aterrorizado en sus hogares, temiendo por sus vidas" y ha advertido de que los combates sólo "aumentan el sufrimiento de la población". "Durante las últimas horas he recibido muchos llamamientos de gente desde Sudán que sufren condiciones estresantes y peligrosas y se las traslado a las partes enfrentadas", ha desvelado.
Abul Gheit ha recordado al Ejército y las RSF que "el Ramadán es un mes sagrado" y les ha pedido que "no lo conviertan en un periodo de tristeza para el pueblo de Sudán". "Que los días del Eid supongan una tregua en la que se detengan los disparos de ambas partes de forma total para que la gente pueda recibir comida y los enfermos puedan hacerse con medicamentos", ha sostenido.
"Este mensajes es un llamamiento puramente humanitario. No tiene nada que ver con una posición política sobre la crisis ni sobre de quién es la responsabilidad de estos enfrentamientos. La prioridad ahora es el pueblo de Sudán", ha dicho, al tiempo que ha hecho hincapié en que "la caballerosidad área obliga a respetar a los débiles, a los que no portan armas, y la religión requiere que, incluso en tiempos de guerra, se respeten los valores humanos y los principios morales".
El Ejército y las RSF pactaron el martes un alto el fuego humanitario de 24 horas, si bien no llegó a entrar en vigor por la continuación de los combates, lo que derivó en un intercambio de acusaciones sobre la responsabilidad en lo sucedido. Las partes acordaron nuevamente el miércoles un alto el fuego que estará en vigor hasta las 18.00 horas de este jueves y que está siendo parcialmente respetado.
Por su parte, el presidente de Kenia, William Ruto, ha hecho igualmente un llamamiento a un alto el fuego inmediato y a un acceso "sin restricciones" de la ayuda humanitaria. Ruto, uno de los jefes de Estado africano que tiene previsto desplazarse a la capital de Sudán, Jartum, para acometer tareas de mediación, ha advertido además del peligro de que un recrudecimiento de las hostilidades derive en la implicación de actores regionales e internacionales.
"El deterioro de la situación en Sudán es motivo de gran preocupación para la región y el continente", ha dicho en un mensaje a la nación, antes de achacar los combates a "un malentendido en torno al último punto del Acuerdo Político Marco: el calendario de integración de las RSF en el Ejército".
Este punto era uno de los más espinosos debido al rechazo de las RSF --lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, alias 'Hemedti'-- de integrarse en el Ejército sin una reestructuración de la cadena de mando y otras reformas en el seno de las Fuerzas Armadas, encabezadas por Abdelfatá al Burhan.
Ruto ha indicado que "el despliegue indiscriminado de armas letales y potencial aéreo por parte de las RSF y el Ejército han alcanzado a objetivos militares y no militares, causando daños devastadores a las propiedades, así como a infraestructura pública estratégica, incluidas carreteras, puentes y aeropuertos".
"Nos preocupa profundamente que miembros de la comunidad diplomática hayan sido atacados y que los civiles hayan quedado atrapados en los intercambios de disparos", ha dicho, antes de alertar del surgimiento de "un patrón de violaciones sistemáticas de las normas establecidas y principios del Derecho Humanitario".
Por ello, ha reiterado que "existe un peligro real de que el incremento de las hostilidades en Sudán implique a actores externos, regionales e internacionales, y degenere en una crisis humanitaria y de seguridad de una escala desastrosa". "Es momento de silenciar las armas en nuestra región y en nuestro continente para que podamos centrarnos en el urgente trabajo de permitir a nuestros pueblos perseguir las oportunidades y satisfacer sus aspiraciones, en paz y tranquilidad", ha zanjado el presidente keniano.