MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
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Este menor avance se explica, dice la agencia, por la distorsión provocada por el efecto de año base, pues en marzo de 2022 la inflación mensual fue del 1,4 por ciento. Así, el IPC se encuentra en mínimos no vistos desde verano de 2021.
El alza de marzo se sustenta en los precios de los alimentos, que se han apreciado un 9,7 por ciento en doce meses, nueve décimas menos por la contención de la fruta y verduras frescas. Esta cifra abandona los dos dígitos enteros después de siete meses. Entre los principales productos que más han repuntado están, precisamente, las verduras frescas (10,8 por ciento) y la fruta fresca (7,1 por ciento).
Después, el organismo ha explicado que la evolución de los precios de los combustibles 'tira' de la inflación a la baja, ya que la gasolina fue en marzo un 13,8 por ciento más barata año a año, y representa la mayor caída interanual desde marzo de 2022.
Por otro lado, el coste por intereses de las hipotecas creció un 26,4 por ciento en marzo respecto al mismo mes de 2022, lo que implica un incremento de 2,5 por ciento desde febrero.
La inflación subyacente, que excluye de su cálculo los alimentos y la energía por su mayor volatilidad, se situó en el 4,5 por ciento, tres décimas menos que en febrero, y se encuentra en su nivel más bajo desde marzo de 2022.
POLÍTICA MONETARIA
El Banco de Canadá decidió el pasado miércoles mantener sin cambios por segunda vez consecutiva los tipos de interés en el 4,50 por ciento fijado en enero, lo que entonces ya supuso el mayor precio del dinero registrado en el país desde antes de la crisis de 2008.
"El índice de precios de consumo (IPC) se espera que caiga rápidamente al entorno del 3 por ciento a mediados de 2023 para, después, reducirse de forma más gradual hasta el objetivo del 2 por ciento a finales de 2024", comunicó.
El organismo explicó que la demanda aún supera a la oferta y que el mercado laboral permanece "ajustado". Sin embargo, el crecimiento económico del primer trimestre de 2023 "parece que será más fuerte que el proyectado en enero" gracias al buen comportamiento de las exportaciones y a un consumo "sólido".
Asimismo, el "fuerte" crecimiento poblacional estaba contribuyendo a un refuerzo del mercado laboral y de la demanda agregada. De esta forma, las vacantes se estaba reduciendo, aunque los salarios siguen aumentando por encima del avance de la productividad.
Por el contrario, el mercado residencial permaneció "débil" y se anticipa una ralentización de la demanda externa que repercuta en las exportaciones y la confianza empresarial. En general, el alza del PIB será "tibio" durante el resto de este año para tomar ímpetu de forma paulatina a lo largo del siguiente. Así, el PIB crecerá un 1,4 por ciento en 2023 y un 1,3 por ciento en 2024 para, después, repuntar al 2,5 por ciento en 2025.
"A medida que más familias renuevan sus hipotecas con tipos más altos y los efectos de la política monetaria restrictiva se abren paso en la economía, prevemos una moderación del consumo este año", añadió la entidad.