EL CAIRO (AP) — En el hospital universitario de Jartum, las personas que resultaron heridas durante enfrentamientos armados se hacinaban en sus pabellones. Los suministros escaseaban, y los médicos, enfermeros, pacientes y sus familiares llevaban días atrapados en el hospital luego de que la capital sudanesa se convirtió en una zona de guerra.
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Y el lunes temprano, uno de los pabellones del hospital resultó gravemente dañado por la artillería.
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“Nos estamos quedando sin nada”, comentó el doctor Amin Saad a The Associated Press. “Estamos trabajando con las mínimas capacidades posibles... Todos estamos exhaustos, pero hay una escasez de médicos”.
No mucho tiempo después, el hospital fue cerrado por completo, y el personal, los pacientes y sus familiares quedaron atrapados en el interior mientras los enfrentamientos se extendían por todo el vecindario. Fue uno de por lo menos 12 hospitales que cerraron en la zona metropolitana de la capital debido a que resultaron dañados en los combates, ya no se podía acceder a ellos a causa de los enfrentamientos o se habían quedado sin combustible para los generadores, de acuerdo con un sindicato de doctores.
El estallido de violencia por una pugna entre los dos principales generales de Sudán ha sumido en el caos a los hospitales de Jartum. La población no ha podido salir de sus casas desde el sábado, mientras los dos bandos se enzarzaban en tiroteos y se atacaban mutuamente con artillería y aviones de combate. Más de 180 personas han muerto y más de 1.800 han resultado heridas desde que estallaron los combates, según el enviado de la ONU Volker Perthes.
Hay aproximadamente 20 hospitales en la capital y en la ciudad vecina de Omdurmán. Aquellos que aún podían operar carecen del personal suficiente y están desbordados, además de que cada vez tienen menos provisiones y tienen problemas de suministro eléctrico o de agua, dijeron médicos.
El estallido de los combates tomó a todos desprevenidos, dejando atrapados a médicos y enfermeros en el interior de los hospitales, e impidiendo que el resto del personal llegara a las instalaciones.
“Durante los últimos dos días lo intenté varias veces pero me vi obligada a volver (a casa) por los enfrentamientos”, dijo la doctora Sara Mohi, quien no pudo llegar al hospital en el que trabaja en el centro de Jartum.
La situación es “sumamente peligrosa”, comentó Atiya Abdulla Atiya, del sindicato de médicos.
La Organización Mundial de la Salud dijo que muchos hospitales de Jartum reportaron escasez de “sangre, equipo de transfusión, fluidos intravenosos, material médico y otros productos básicos para salvar vidas”.
Además del hospital universitario de Jartum, el hospital universitario de Al-Shaab cerró el lunes luego de que un pabellón fue alcanzado en los combates, de acuerdo con el gerente general, Al Nameir Gibril Ibrahim.
Un video publicado en internet el lunes mostraba al personal evacuando a los pacientes de la clínica de tratamiento renal Al-Shaheed Salma en medio de los enfrentamientos. En medio de los disparos, miembros del personal llevaron un paciente en camilla al otro lado de la calle. Otro centro, el hospital de la policía, fue evacuado el domingo, según el sindicato.
El doctor Ossama al-Shazly, director del hospital internacional del distrito de Bahri, en el norte de Jartum, acudió a las redes sociales a última hora del domingo para pedir combustible para mantener en funcionamiento los generadores tras el corte de electricidad en el barrio.
“La situación es muy grave. Queremos que la gente nos proporcione combustible”, dijo, añadiendo que muchos pacientes necesitaban cirugías y otros estaban en unidades de cuidados intensivos, sin ningún lugar a donde evacuarlos.