La Policía abrió una investigación contra un agente por presunta negligencia en relación con el tiroteo que tuvo lugar a principios de marzo contra una iglesia de los Testigos de Jehová en la ciudad de Hamburgo, en el que murieron siete personas.
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Un portavoz indicó que se abrió un proceso disciplinar contra un agente, quien no ha sido identificado, tras considerar que existen indicios de que “fracasó” a la hora de prestar asistencia tras ser alertado del tiroteo.
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“Se suspendió al agente de empleo y sueldo con efecto inmediato y se transfirió a otra unidad mientras se investiga lo sucedido”, aseguró el portavoz de la Policía de Hamburgo, Holger Vehren.
Las fuerzas de seguridad señalaron que el policía en cuestión podría haber incurrido en una negligencia al no tomar medidas de seguimiento una vez fue alertado de que el autor del tiroteo, identificado como Philipp F. era peligroso. En vez de ello, el agente habría estado acudiendo al mismo club de tiro que el sospechoso.
Informaciones preliminares señalan que un familiar del autor del tiroteo había contactado en enero con el club de tiro para advertir de que el hombre, de 35 años, padecía una enfermedad mental y se había vuelto más agresivo.
El tiroteo ocurrió el 9 de marzo, minutos después de que concluyese la misa, (se estima que culminó a las 20:45 horas). Al servicio habían asistido 36 personas, mientras que otras 25 lo siguieron de manera remota.
El ataque se produjo cuando los fieles aún no habían abandonado el edificio. Una mujer estaba en un coche estacionado en las inmediaciones y que de hecho fue el primer objetivo del tirador, según la explicado la Policía.