Un tranquilizante veterinario fue catalogado como una “amenaza emergente” cuando se mezcla con el potente opioide fentanilo, con la intención de alinear el camino a más medidas para frenar la propagación de la xilacina.
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La Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas anunció la designación y así, por primera vez, se recurrió a esta denominación desde que se creó la categoría para drogas de rápido crecimiento en 2019.
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Según el doctor Rahul Gupta, director de la oficina de la Casa Blanca, la xilacina es cada vez más común en todas las regiones del país.
En 2020 fue detectada en casi 800 decesos causados por drogas en todo el país, la mayoría de ellos en el noreste. Un año más tarde, estuvo presente en más de tres mil muertes, mayoritariamente en el sur, de acuerdo con un reporte publicado el año pasado por la Administración de Control de Drogas.
La xilacina se aprobó para uso veterinario en 1971. Conocida a veces como “tranq”, en los últimos años ha aparecido en grandes cantidades en los suministros de drogas ilegales utilizadas por humanos.
Se cree que se añade a otras drogas para aumentar el beneficio económico. Las autoridades están tratando de averiguar qué cantidad se desvía de su uso veterinario y cuánto se fabrica ilegalmente.
La droga ralentiza la respiración y el ritmo cardiaco, en ocasiones hasta niveles letales,. Además causa llagas y úlceras en la piel que pueden requerir amputaciones. La abstinencia es dolorosa.
Aunque a menudo se utiliza con opioides, incluyendo el fentanilo y otras drogas de laboratorio ilegales, no es un opiáceo y no existe antídoto conocido.
Gupta indicó que su oficina pidió 11 millones de dólares de presupuesto para desarrollar una estrategia que aborde la propagación de la droga. Sus planes incluyen desarrollar un antídoto, recabar más información acerca de cómo se introduce en el suministro de drogas ilegales para poder interrumpirlo y estudiar si el Congreso debe clasificarla como una sustancia controlada.
El doctor apuntó que debe seguir estando disponible para uso veterinario incluso mientras se toman medidas para impedir su uso en humanos y apuntó que los sistemas para detectar la droga y los datos acerca de dónde se está utilizando deben mejorar.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades del país estiman que más de 107 mil personas murieron por sobredosis en el periodo de 12 meses, mismo que terminó el 31 de octubre de 2022. Antes de 2020, esta cifra nunca había superado la barrera de las 100 mil. “No podemos ignorar lo que estamos viendo (...) debemos actuar, y actuar ya”, afirmó Gupta.