El plan seguramente le pareció ideal a Todd Boehly.
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Tras ser la cara de la adquisición de 2.500 millones de dólares por el Chelsea, trajo un visionario “técnico de proyecto” a largo plazo, regeneró la plantilla —gastando una cifra sin precedentes de 630 millones de dólares en dos ventanas de transferencia— con jóvenes y talentosos jugadores y sólo había que esperar los resultados.
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No le funcionó como quería.
Boehly, un empresario estadounidense sin experiencia previa en el fútbol, está aprendiendo a golpes en su primer año al frente del Chelsea.
Sólo hay que observar la situación del Chelsea, que languidece en el 11mo puesto de la Liga Premier y ahora no cuentan con un técnico tras el despido el domingo de Graham Porter. En septiembre firmaron a Potter por cinco años para suplir a Thomas Tuchel, después de apenas siete meses a cargo.
Decir que ha sido un complicado periodo inicial para Boehly se queda corto.
Y la cantidad de dinero que gastaron en los primeros días después de que terminó la era Roman Abramovich, fue inaudito. Además de gastar en el mercado de transferencias —280 millones en el verano y 350 millones en enero— Chelsea supuestamente pagó 26,5 millones en compensación al Brighton para que Potter llegara a Stamford Bridge, una compensación de 16 millones a Tuchel y ahora tendrán que negociar los restantes 4,5 años del acuerdo de Potter.
Y luego están los acuerdos a largo plazo de algunas de sus adquisiciones como el argentino Enzo Fernández y Mykhailo Mudryk por ocho años y medio. La idea era “amortiguar” los costos del mercado de transferencias para evitar las restricciones del fair-play financiero.
¿Fue una idea innovadora —y que llevó a la UEFA a endurecer sus reglas— o simple locura? El tiempo lo dirá.
Chelsea también podría perder los 80 millones de euros (87 millones de dólares) de ganancias al año por la Liga de Campeones, si el equipo no clasifica a la competencia europea.
Como está, parece que el Chelsea llegará al juego del martes ante el Liverpool liderado por Bruno Saltor, quien no tiene experiencia dirigiendo a nivel profesional y fue integrante del personal de Potter que lo siguió del Brighton.
Boehly seguramente ahora buscará a un experimentado entrenador. Julian Nagelsmann parece ser una buena opción, especialmente debido a que ha trabajado con el nuevo director deportivo Christopher Vivell cuando estaban con el Leipzig.