BUCAREST, Rumania (AP) — Andrew Tate, el controvertido personaje de internet que ha estado meses en una cárcel rumana bajo sospecha de crimen organizado y tráfico de personas, ganó una apelación para pasar a arresto domiciliario, indicó una funcionaria el viernes.
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La Corte de Apelaciones de Bucarest falló en favor de la apelación de Tate, con la que impugnó la decisión de un juez la semana pasada de extender su arresto por cuarta ocasión por 30 días, dijo Ramona Bolla, portavoz de la agencia rumana para el combate al crimen organizado y el terrorismo (DIICOT, por sus siglas en rumano).
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Tate, un británico-estadounidense de 36 años con 5,5 millones de seguidores en Twitter, fue detenido a fines de diciembre en Bucarest junto con su hermano Tristan y dos mujeres rumanas.
Los cuatro ganaron una apelación el viernes, y permanecerán bajo arresto domiciliario hasta el 29 de abril, señaló Bolla. Ninguno de ellos ha sido acusado formalmente. La corte falló en favor de su liberación inmediata. Los fiscales no pueden modificar la determinación del tribunal de apelaciones, que es definitiva, agregó Bolla.
Cuando los hermanos salían del centro de detención el viernes por la noche en Bucarest, Tristan Tate le dijo a un grupo de reporteros que “hoy los jueces tomaron la decisión correcta”.
“Respeto lo que han hecho por mí y serán reivindicados en su decisión, porque soy un hombre inocente y estoy ansioso por demostrarlo”, agregó.
Algunos simpatizantes de Tate afuera de las instalaciones coreaban “¡Top-G, Top-G!”, usando un popular apodo que muchos de sus seguidores emplean para referirse a él.
Posteriormente, de pie frente al que se cree es el hogar de los hermanos Tate cerca de la capital, Andrew Tate dijo que quería agradecerle a los jueces “que nos escucharon hoy, porque prestaron mucha atención y nos escucharon, y nos liberaron”.
Tate, un kickboxer profesional que vive en Rumania desde 2017, fue expulsado previamente de varias redes sociales por expresar puntos de vista misóginos y discurso de odio. Ha afirmado en repetidas ocasiones que los fiscales rumanos no tienen pruebas y que su caso es una conspiración “política” diseñada para silenciarlo.
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McGrath reportó desde Sighisoara, Rumania.