ROMA (AP) — Funcionarios del santuario católico en Lourdes anunciaron el viernes la formación de un grupo de estudio para decidir qué hacer con uno de los atractivos más populares del santuario francés, pero ahora de los más controversiales: los mosaicos de un artista jesuita que fue sancionado por el Vaticano y su orden religiosa por abusar sexual, espiritual y psicológicamente de mujeres.
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El padre Marko Ivan Rupnik diseñó en 2008 la fachada de una de las tres basílicas en Lourdes con una serie de mosaicos para celebrar el aniversario 150 de las apariciones marianas que convirtieron al santuario en el suroeste de Francia en uno de los sitios de peregrinación más grandes del mundo, con aproximadamente 3 millones de visitas al año.
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En diciembre, los jesuitas revelaron que Rupnik había sido excomulgado en 2020 por cometer uno de los crímenes más graves de la ley eclesiástica — aprovechar la confesión para absolver a mujeres con quienes había mantenido relaciones sexuales— y también había sido acusado por nueve mujeres de abuso sexual, espiritual y psicológico en la década de 1980.
La oficina de abuso sexual del Vaticano, dirigida por jesuitas, decidió que sus denuncias eran muy antiguas para un juicio. Entre la indignación y el testimonio de 15 personas más, en febrero los jesuitas anunciaron otra pesquisa canónica interna mientras endurecían las sanciones contra Rupnik, e incluso le prohibieron que continuara con su actividad artística, ya que presuntamente ahí empezó parte del abuso.
Además de generar preguntas sobre cómo los jesuitas y el Vaticano manejaron las denuncias, el escándalo de Rupnik ha generado interrogantes más amplios sobre qué hacer con su arte, ya que sus mosaicos decoran importantes basílicas, santuarios, capillas e iglesias en todo el mundo, incluida una de las capillas en el interior del Palacio Apostólico.
El viernes, el obispo Jean-Marc Micas, cuya diócesis incluye Lourdes, anunció la creación de un grupo de estudio para determinar qué hacer con los mosaicos de la Basílica del Rosario, anteponiendo las necesidades de las víctimas de abuso. Nada se descarta, señaló en un comunicado.
“Lourdes es un lugar al que vienen muchas víctimas… para buscar consuelo y sanación. Su aflicción es grande frente a los mosaicos del padre Rupnik en este mismo lugar. No podemos ignorarlo”, dijo en un comunicado.