MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
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El objetivo del nuevo programa, con una duración de 48 meses, es "mantener la estabilidad financiera y económica en tiempos de excepcional incertidumbre", así como contribuir a la sostenibilidad de la deuda ucraniana. Este plan ha recibido el respaldo del G7, la Unión Europea y otros donantes para garantizar la viabilidad del Estado ucraniano a medio plazo.
En la primera parte del programa, previsto para este 2023 y 2024, el enfoque estará en "implementar un presupuesto robusto e incrementar los ingresos", controlar la inflación y la tasa de cambio de divisas, y contribuir a la buena salud financiera a largo plazo mediante un análisis más profundo de las entidades bancarias y asegurando la independencia del banco central.
En cuanto a la segunda fase, esta se centrará más en reformas estructurales para la estabilidad macroeconómica, la reconstrucción postbélica y en reforzar las perspectivas de crecimiento a largo plazo. Estos objetivos deberán alinease con los hitos exigidos para la adhesión de Ucrania a la Unión Europea.
"La invasión rusa de Ucrania continúa teniendo un impacto social y económico devastador. La actividad se contrajo enormemente el año pasado, y una gran parte del capital del país ha sido destruido y la pobreza está al alza", ha lamentado la primera subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath.
"No obstante, las autoridades han tenido éxito, en general, al salvaguardar la estabilidad financiera y macroeconómica gracias al buen diseño de las políticas implementadas y al importante apoyo externo", ha añadido.
Por otro lado, el FMI ha pronosticado que el PIB ucraniano podrá crecer en 2023 un 1 por ciento en el mejor de los casos. En el escenario más pesimista, este podría caer hasta un 3 por ciento, una cifra muy inferior al desplome del 30,3 por ciento registrado en 2022.