PARÍS (AP) — Manifestantes inconformes con las reformas al sistema de pensiones del presidente francés Emmanuel Macron realizaron el viernes marchas aisladas, luego de que el descontento en todo el país obligó a las autoridades a posponer la visita de Estado que había planeado el rey Carlos III de Gran Bretaña.
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Los manifestantes habían exigido la cancelación de la visita de Carlos, prevista para comenzar el domingo. Esa habría sido la primera visita oficial del monarca, antes de trasladarse el miércoles a Alemania. La gira por Alemania continúa en pie.
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Las protestas y huelgas contra la decisión de Macron de elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años ya amenazaban con afectar la visita, al grado de que algunos trabajadores se negaron a colocar la alfombra roja para recibir al rey.
Macron dijo que “el sentido común y la amistad” obligaban a aplazar la visita real, la cual probablemente hubiera sido blanco de protestas para crear una “situación detestable”.
“No seríamos serios... al hacer una visita de Estado en medio de las protestas”, declaró el jefe del Estado en conferencia de prensa después de una cumbre en Bruselas.
Macron condenó la conducta violenta que se ha manifestado en algunas de las protestas, afirmando que “la violencia no tiene cabida en una democracia”.
Aunque no había protestas masivas planeadas para el viernes, hubo afectaciones en el sistema de trenes, filas de camiones bloquearon el acceso al puerto comercial de Marsella y había escombros regados por las calles de París después de las manifestaciones multitudinarias del día anterior.
Más de 450 manifestantes fueron arrestados el jueves en París y otras ciudades luego de que alrededor de 300 protestas atrajeron a más de un millón de personas en todo el país para protestar contra las impopulares reformas al sistema de pensiones.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, dijo el viernes que 441 agentes y gendarmes de la policía resultaron heridos después de que surgieran actos violentos en algunas protestas.
Añadió que alrededor de 1.000 contenedores de basura fueron incendiados en la capital francesa durante las acciones del día anterior. Luego de varias semanas de huelga de los recolectores de basura, los contenedores se han convertido en un símbolo de la protesta.
Los sondeos indican que la mayoría de los franceses están en contra de la iniciativa de Macron de aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años, la cual el mandatario asegura que es necesaria para mantener el sistema a flote.
La refinería Gonfreville-L’Orcher en Normandía reanudó el viernes su suministro de combustible hacia París después de la intervención de la policía, según la ministra de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher. Sin embargo, los manifestantes se reunían en la terminal petrolera de Fos-sur-mer, cerca de Marsella para planear futuros bloqueos a la refinería.
Temiendo más afectaciones en los próximos días a medida que continúan las acciones, la Autoridad de Aviación Civil de Francia ha solicitado que el domingo se cancelen la tercera parte de los vuelos en Orly, el segundo aeropuerto de París, y que el lunes se cancelen el 20%.
Los sindicatos han convocado nuevas protestas y huelgas para el martes, el día en que se tenía programada la visita del rey Carlos III de Gran Bretaña a Burdeos. La enorme puerta de madera de la alcaldía de Burdeos quedó destruida por un incendio la noche del jueves por parte de personas que participaban en una protesta no autorizada.
El alcalde de Burdeos, Pierre Hurmic, dijo el viernes que “tenía problemas para entender el interés de tal acto de vandalismo”.
Las protestas han generado respaldo más allá de las fronteras de Francia. En Grecia, cientos de manifestantes se reunieron fuera de la embajada francesa en Atenas como muestra de solidaridad.
Los manifestantes gritaron consignas y llevaron pancartas con leyendas como: “Macron, tu democracia pende de nueve votos” y “Desde Grecia: victoria para los trabajadores de Francia”.