SANTO DOMINGO (AP) — Con la ausencia de los presidentes de Brasil y México y posiciones encontradas sobre la invasión rusa a Ucrania, la migración y el acceso al financiamiento internacional, arrancó el viernes la vigésima octava Cumbre Iberoamericana en Santo Domingo.
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En esta edición, el bloque internacional —que agrupa 22 países de América Latina, España, Portugal y Andorra— espera generar las bases para relanzar las relaciones comerciales y financieras entre Latinoamérica, pese a la ausencia de los representantes de las dos economías más grandes, y sus socios europeos. Así, lograr levantar las cuentas nacionales que se vieron afectadas por la crisis mundial que se desató hace un año por la guerra en Ucrania.
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Durante la primera jornada del foro, los cancilleres de los 22 países aprobaron tres iniciativas orientadas a proteger el medio ambiente, garantizar el derecho a la alimentación y los derechos fundamentales en entornos digitales. Pero no hubo consenso para aprobar el documento sobre arquitectura financiera internacional.
Ese texto buscaba estimular condiciones para que las naciones iberoamericanas pudieran afrontar la recuperación en la postpandemia del coronavirus, la transición energética y la adaptación climática. Las tres cartas serán presentadas el sábado en el acto de cierre de la cumbre que encabezarán los 14 presidentes y vicepresidentes asistentes.
Precisamente, la ausencia de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, y de México, Andrés Manuel López Obrador, ha generado dudas sobre el impulso que podrían tener en Latinoamérica los acuerdos que se alcancen en esta cumbre.
Al respecto, el representante del gobierno mexicano en la cumbre y subsecretario para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes Zúñiga, dijo a The Associated Press que la inasistencia López Obrador y Lula Da Silva no se debe asumir como una falta de interés por la cumbre y apuntó que “las agendas de los jefes de Estado son muy complicadas”.
Reyes Zúñiga recordó que el mandatario mexicano le ha dado prioridad a los asuntos internos desde que llegó al gobierno en el 2018.
Los organizadores del foro confirmaron la participación 14 presidentes y vicepresidentes, entre los que se incluyen el jefe del gobierno español Pedro Sánchez, Marcelo Rebelo de Sousa de Portugal, Alberto Fernández de Argentina, Gustavo Petro de Colombia, Gabriel Boric de Chile, Mario Abdo Benítez de Paraguay, Xiomara Castro de Honduras, Miguel Díaz-Canel de Cuba, Guillermo Lasso de Ecuador y el primer ministro de San Vicente y Granadina, Ralph Gonsalves, además del jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, y el rey de España, Felipe VI.
Si bien la agenda del foro ya está aprobada con anterioridad, el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, dijo que la situación de Ucrania será un tema paralelo que se discutirá en la reunión de los cancilleres para tratar de incluirlo en el texto final.
Aunque la mayoría de los países latinoamericanos respaldaron las resoluciones de las Naciones Unidas que condenaban a Rusia como causante de la guerra, algunos países como México han objetado las sanciones económicas y el envío de armas a Ucrania.
Otro de los temas que podría generar fricciones al interior del bloque es la migración masiva que se ha registrado en los últimos años en la región, especialmente de venezolanos que han salido huyendo de la crisis económica y social que padece el país suramericano.
Abdo Benítez instó el viernes a sus colegas del bloque a debatir públicamente la situación de la migración masiva que enfrenta la región para buscar salidas y dijo, durante un encuentro empresarial que se organizó en el marco de la cumbre, que "no es un problema que debemos dejar debajo de la alfombra”.
Tras arribar la noche del jueves a Santo Domingo, Boric indicó que venía a fortalecer los lazos y a “trabajar en conjunto en los desafíos comunes en torno a medio ambiente, migración y modernización tecnológica”.
Boric anunció a mediados de mes que sostendrá una reunión con los “presidentes amigos” de América Latina para abordar el tema de la migración irregular. El asunto se ha convertido en las últimas semanas en un dolor de cabeza para su gobierno, luego de que ordenara el envío de militares a la zona norte de Chile para reforzar el control fronterizo ante el ingreso masivo de miles de migrantes, en su mayoría venezolanos y haitianos.
Los inmigrantes irregulares en la zona fronteriza son devueltos por las autoridades chilenas. Perú acepta la reconducción, pero Bolivia los rechaza y solo acoge a sus connacionales, tema que Chile quiere conversar durante la cumbre.
El gobierno de Boric dice que hay más de 20.000 venezolanos que no ha podido expulsar porque Venezuela no abre su espacio aéreo para recibirlos.
El problema más complejo es con Bolivia, pues ambos países no tienen relaciones diplomáticas desde 1987. Las dos naciones sostuvieron una guerra en el siglo XIX en la que Bolivia perdió su acceso al mar.
El presidente boliviano Luis Arce descartó la víspera un posible acuerdo bilateral con Chile para frenar la migración ilegal hacia ese país y propuso un diálogo entre todos los países de la región para abordar ese problema.
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La periodista de AP, Eva Vergara, contribuyó a esta nota desde Santiago de Chile