ROMA (AP) — El secretario de años de Benedicto XVI reconoció el domingo que su libro de memorias, publicado en los días posteriores a la muerte del papa emérito, ha sido criticado por presentar al papa Francisco bajo una luz desfavorable, pero insistió en que algunas de las polémicas eran más por las ideas contra Benedicto XVI que cualquier otra cosa.
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En uno de sus pocos comentarios públicos desde la muerte de Benedicto XVI el 31 de diciembre, el arzobispo Georg Gaenswein dijo que seguía siendo leal a Francisco y que todavía estaba esperando que el pontífice le diera un nuevo trabajo.
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El futuro de Gaenswein ha sido objeto de mucha especulación tras la muerte de Benedicto XVI y la publicación de “Nothing But the Truth: My Life Beside Pope Benedict XVI” (“Nada más que la verdad: Mi vida al lado de Benedicto XVI”). En las memorias, Gaenswein trazó sus casi 30 años de trabajo con Benedicto XVI, pero también saldó viejas cuentas, reveló intrigas palaciegas y detalló parte de la mala sangre que se acumuló durante la década en la que Benedicto XVI vivió como papa emérito junto a Francisco.
Publicado el 5 de enero, pocos días después de la muerte del papa, el libro llegó a resumir las críticas conservadoras dirigidas a Francisco y su inclinación más progresista por personas nostálgicas del papado doctrinario de Benedicto XVI.
En declaraciones a Sky TG24 el domingo después de celebrar una misa en una iglesia del área de Roma, Gaenswein reconoció que su libro había llamado la atención tanto por su contenido como por el momento de su publicación.
“Hay y habrá críticas”, dijo. “Y tengo que vivir con las críticas”. Agregó que agradecía las críticas bien fundadas.
“Si las críticas no están bien fundadas, entonces son críticas por prejuicios (contra Benedicto) u otros motivos infundados. Tengo que aceptarlas, pero no puedo tomarlas en serio. Las verdaderas críticas las acepto y de ellas, aprendo”, dijo.
En una entrevista con The Associated Press el 24 de enero, Francisco respondió a las críticas de Gaenswein y de otros conservadores, diciendo que eran naturales después de 10 años y demostraron que los prelados se sentían libres para hablar.