WASHINGTON (AP) — El secretario de Defensa estadounidense Lloyd Austin dialogó el miércoles con su homólogo ruso sobre la destrucción de un dron estadounidense sobre el Mar Negro luego de un encuentro con cazas de Rusia, incidente que colocó a las dos naciones más cerca de un conflicto directo desde que Moscú invadió Ucrania hace un año.
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Fue la primera conversación telefónica entre Austin y el ministro de Defensa Serguéi Shoigu desde octubre. Y el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, sostuvo una llamada similar con su homólogo, el general Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia.
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“Tomamos muy en serio cualquier posibilidad de agravamiento de la situación. Y es por eso que creo que es importante mantener abiertas las líneas de comunicación”, dijo Austin durante una conferencia de prensa en el Pentágono. “Creo que es realmente importante que podamos levantar el teléfono y hablar entre nosotros. Y creo que eso ayudará a evitar errores de cálculo de aquí en adelante”.
Las fuerzas armadas estadounidenses señalaron que se deshicieron del MQ-9 Reaper de la Fuerza Aérea en el mar después de que un avión de combate ruso vertió gasolina sobre el dron espía y luego golpeó su hélice mientras volaba sobre espacio aéreo internacional. Rusia ha negado que haya causado el accidente. Estados Unidos ha dicho que estaba trabajando para desclasificar y dar a conocer imágenes secretas captadas por el dron que mostrarían el incidente del martes.
El hecho de que los principales mandos militares y de defensa de Estados Unidos y Rusia dialogaran tan pronto después del incidente resalta la gravedad del encuentro sobre el Mar Negro y que ambas partes reconocieron la necesidad de reducir los riesgos de que la situación se agrave. Desde que Moscú invadió Ucrania, el contacto entre los mandos militares rusos y estadounidenses ha sido limitado, pues los oficiales rusos se negaron a recibir las llamadas de militares estadounidenses en los primeros meses de la guerra.
Aún persisten dudas sobre si Rusia tenía la intención de derribar el dron, aunque los momentos previos al choque fueron “intencionales”, declaró Milley, quien acompañó a Austin en su conferencia.
“Sabemos que la intercepción fue intencional. Sabemos que el comportamiento agresivo fue intencional”, subrayó Milley.
Sin embargo, dijo a los reporteros que aún no estaba claro si la colisión como tal fue intencional. Y refutó las afirmaciones rusas de que sus aeronaves de combate no entraron en contacto con el dron.
“Tenemos evidencia absoluta del contacto”, declaró Milley. “Es muy agresivo... Tenemos evidencia en video y todas esas cosas”.
Milley y Austin también dejaron abierta la posibilidad de que Estados Unidos pudiese intentar recuperar porciones del dron derribado de 32 millones de dólares. Milley indicó que cayó en aguas de entre 1.200 y 1.500 metros (4.000 a 5.000 pies) de profundidad.