MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
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Además, y según ha informado el organismo, dos de los países con la carga más pesada, Malawi y Mozambique, tienen un total combinado de más de 5,4 millones de personas que necesitan apoyo, incluidos más de 2,8 millones de niños y niñas.
"Pensábamos que en esta región no se produciría un brote de cólera tan extendido y tan letal en estos tiempos. El agua y el saneamiento deficientes, los fenómenos meteorológicos extremos, los conflictos en curso y los sistemas de salud débiles están agravando y poniendo en peligro la vida de los niños y niñas en todo el sur de África", ha valorado la directora regional adjunta de Unicef, Lieke van de Wiel.
La respuesta integrada de Unicef en Malawi se centra en el suministro de agua potable y saneamiento, tratamiento del agua, jabón para lavarse las manos, solución de sales de rehidratación oral, así como en la comunicación para conseguir un cambio de comportamientos.
Además Unicef, junto a sus aliados, proporciona suministros médicos esenciales y tiendas de campaña de alto rendimiento para gestionar mejor los casos graves. Como parte del enfoque integrado, realizará intervenciones nutricionales que salvan vidas, incluidos exámenes de nutrición en todas las unidades de tratamiento contra el cólera, formará a los trabajadores sanitarios para que ofrezcan una atención de casos de calidad y prevención y control de infecciones, y establecerá puntos de rehidratación oral basados en la comunidad para evitar la evolución a casos de cólera grave.
Debido al rápido deterioro de la situación de la salud pública, particularmente en los países más afectados, Unicef ha solicitado 141,7 millones de euros (150 millones de dólares) para los 11 países con brotes de cólera en la región, incluidos unos 33 millones de euros (34,9 millones de dólares) para Malawi y 20,4 millones de euros (21,6 millones de dólares) para Mozambique, con el fin de ofrecer servicios que salvan vidas a las personas afectadas por el brote.
La continuidad de los servicios sanitarios esenciales es fundamental debido al potencial del brote para interrumpir la atención rutinaria a madres, recién nacidos, bebés, niños, niñas y adolescentes, que es la piedra angular de la supervivencia y el bienestar infantil a largo plazo.
Los aliados ya han aportado 2,7 millones de euros (2,9 millones de dólares) a la respuesta en Malawi y 520.000 euros (550.000 dólares) a la respuesta en Mozambique. Con dichos fondos, Unicef ha podido ampliar el suministro de cloro para la potabilización del agua, medicamentos y equipos para la prevención y el control de infecciones, y mensajes de comunicación de riesgos.
Sin embargo, Unicef tiene actualmente un déficit de financiación combinado del 92 por ciento para ambos países, lo que limita su capacidad para satisfacer las necesidades de los niños afectados por la crisis. Para que la organización y sus aliados respondan de manera "rápida y equitativa" en función de la creciente necesidad, especialmente en sectores con financiación insuficiente, la disponibilidad de recursos flexibles desempeña un papel fundamental.
"Esta es una grave crisis de cólera, y todas las señales apuntan a que empeorará mucho antes de mejorar. Necesitamos una inversión urgente y sostenida para responder a los brotes inmediatos y fortalecer los sistemas y las comunidades para estar mejor preparados ante lo que probablemente serán sucesos más graves en el futuro", ha zanjado Van de Wiel.