LA HABANA (AP) — Tres semanas después de haber comenzado, un incendio que ya consumió casi 6.000 hectáreas en el oriente de Cuba y que las autoridades consideraban bajo control, presentó nuevos focos.
Un reporte del periódico oficial Granma el viernes indicó que el fuego “está en etapa de control en las áreas que corresponden al municipio Mayarí”, según afirmó el coronel Juan Carlos Calderón, jefe del cuerpo de Guardabosques de la provincia de Holguín.
Sin embargo, la televisión estatal manifestó que se habían localizado dos nuevos focos, uno hacia una localidad llamada Ñames y el segundo en dirección a otra conocida como Camarones, por lo que se comenzó a trabajar en un incremento de los cortafuegos para evitar su expansión.
Una combinación de vientos y sequía propios de la temporada propagó el incendio en una importante reserva de biósfera de la provincia de Holguín, a unos 800 kilómetros al este de la capital.
De acuerdo con el reporte de Granma, las llamas consumieron 5.756 hectáreas, de las que 4.600 son de especies como pinos, casuarinas y eucaliptus, muy combustibles. También destruyó cuatro hectáreas de cafetos.
No se reportaron víctimas y las autoridades de medio ambiente informaron a comienzos de mes que esperan la extinción del incendio para hacer un balance total del daño a la biodiversidad, aunque en días pasados mencionaron algunas preocupaciones como el riesgo que representa para el jazmín del pinar, autóctono de la zona siniestrada. También el impacto en pequeños insectos y moluscos que no tienen capacidad de escaparse.
En el sector poco poblado se evacuaron inicialmente un número no determinado de personas de al menos dos localidades cercanas con unos 600 residentes.
Un reporte del servicio de guardabosques indicó que en enero se contabilizaron 80 incendios forestales en todo el país. Las provincias más afectadas fueron Pinar del Río y Artemisa, en el occidente, y Camagüey y Holguín, en el centro y oriente.
Más del 90% de los incendios fueron iniciados por l acción humana como la quema de pastizales o cazadores furtivos, según las autoridades.