NUEVA YORK (AP) — Un exbanquero de Goldman Sachs fue sentenciado el jueves a 10 años de prisión por su papel en el saqueo de un fondo de desarrollo malasio de miles de millones de dólares, los cuales fueron usados para financiar fiestas lujosas, un superyate, bienes raíces de primer nivel e incluso la película “El lobo de Wall Street” de 2013.
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Roger Ng fue declarado culpable en abril pasado por un jurado de la corte federal de distrito en Brooklyn, pero él sigue rechazando los cargos de que conspiró para lavar dinero e infringió dos leyes antisoborno.
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Los fiscales dijeron que Ng y sus cómplices ayudaron al fondo malasio, conocido como 1MDB, a recaudar 6.500 millones de dólares a través de la venta de bonos, para luego participar en un plan que desvió más de dos tercios del dinero, parte del cual se destinó a pagar sobornos.
Al leer un comunicado preparado de antemano, Ng suplicó clemencia a la jueza federal de distrito Margo Brodie.
“Me da vergüenza. Estoy avergonzado”, le dijo a la jueza. “No quiero vivir en el resentimiento. Quiero redimirme”.
La jueza amonestó a Ng: “La única explicación de su conducta es la codicia”.
Ng esperaba evitar una sentencia a prisión y poder volver a Malasia, donde enfrenta un proceso por separado. Sus abogados argumentaron que el encarcelamiento empeorará sus “graves problemas de salud mental”.
Ng fue extraditado a Estados Unidos en 2019 después de pasar seis meses bajo custodia en Malasia. Ha estado bajo arresto domiciliario durante los últimos cuatro años.
Los fiscales federales le habían pedido a Brodie que le aplicara una sentencia de 15 años.
Sus abogados reconocieron que el saqueo fue “quizás el atraco más grande en la historia del mundo”, pero no lograron convencer al jurado de que Ng era el chivo expiatorio de otras dos personas acusadas en el plan de 4.500 millones de dólares.
Una de ellas, Tim Leissner, el exjefe de Ng en Goldman Sachs, se declaró culpable en 2018 de sobornar a funcionarios gubernamentales en Malasia y Abu Dabi. Se le ordenó pagar 43,7 millones de dólares y se convirtió en un testigo clave durante el juicio de dos meses a Ng.
El tercer hombre, el financiero malasio conocido como “Jho Low”, sigue prófugo.