Después de que el Paris Saint-Germain fue eliminado de la Liga de Campeones en octavos de final por quinta vez en siete años, Kylian Mbappé no reaccionó sorprendido.
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Al reflexionar sobre la eliminación por 3-0 en el marcador global frente al Bayern Múnich el miércoles, el astro francés dijo sin rodeos lo que está en la mente de todos: esto es el máximo que PSG puede rendir ante los pesos pesados del fútbol europeo.
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“Lo dije al inicio de la temporada, en la primera conferencia de prensa, que íbamos a darlo todo. Y eso fue nuestro todo… Esa es la verdad”, reconoció Mbappé, quien firmó una extensión de contrato el año pasado con el PSG precisamente para ganar el título de la Liga de Campeones.
Pero más de cinco años después de integrarse al PSG, el delantero francés ha jugado ahora en el doble de finales de Copas del Mundo, que finales de la Liga de Campeones.
“Tendremos que hacer autocrítica con cuestionamientos difíciles y regresar a nuestra rutina diaria, que es en la liga”, admitió Mbappé.
Desde que inversionistas qataríes tomaron el control del club 2011, el PSG ha sido una fuerza dominante en Francia, pero ha fracasado una y otra vez al tratar de calcar ese éxito en escenarios de Europa, a pesar de un gasto masivo en estrellas.
La única final de la Liga de Campeones a la que llegó el PSG fue en la edición abreviada por la pandemia en 2020, en la que perdió también con el Bayern. Mbappé y Neymar — que costaron combinados 432 millones de dólares — fueron maniatados en ese partido.
Desde que Javier Pastore se convirtiera en la primera contratación bomba por 45 millones de dólares en 2011, el gasto neto del club ha aumentado en más de 1.000 millones de dólares. A pesar del derroche en los hábitos de gasto, el PSG ha sido incapaz de construir una sólida base colectiva con profundidad en la banca. Depende en demasía de las individualidades de los cracks.
Zlatan Ibrahimovic fue uno de ellos. Ahora cuentan con Lionel Messi, Mbappé y Neymar. Pero Neymar quedó descartado por el resto de la temporada debido a una lesión y no jugó en Múnich, mientras que Messi y Mbappé fueron anulados por el Bayern. Casi ni gravitaron el miércoles.
Para reforzar el plantel, los dirigentes del PSG sondearon los fichajes de un versátil zaguero y volantes. Aurélien Tchouaméni y Ousmane Dembélé estuvieron en la lista de deseos el año pasado.
Ningunó firmó para jugar en París. Además, el PSG se quedó con las ganas de adquirir a Milan Skriniar, central del Milan. Durante el mercado de pases de invierno, el PSG quiso traer a Hakim Ziyech pero la transferencia no se pudo concretar por la entrega tardía de la documentación.
El miércoles en Múnich, con la ausencia del lesionado Presnel Kimpembe, el PSG tuvo que confiar en el defensa central de 17 años sin experiencia, El Chadaille Bitshiabu, después de que Marquinhos y Nordi Mukiele fueran sustituidos.
“El PSG tiene uno de los mayores presupuestos en Europa y no tiene soluciones en la banca”, dijo el ex jugador del PSG Edouard Cissé en una entrevista con el diario L’Equipe.
En el mediocampo, otro adolescente, Warren Zaire-Emery, ingresó para el último cuarto de hora por Fabián Ruiz.
“Había que darle la vuelta al partido y nada más tenías a Zaire-Emery, quien tiene la misma edad que mi hija”, añadió Cisse. “Necesitas replantear lo que estás haciendo".
Después de caer ante su clásico rival Marsella en la Copa de Francia el mes pasado, lo único que le queda al PSG esta temporada es ganar la liga francesa. Con 12 partidos por disputar, el PSG le saca ocho puntos de ventaja al Marsella.
“Es una decepción tremenda”, dijo el técnico del PSG Christophe Galtier. “Tendremos que lidiar con ello y aceptarlo”.
Con la costumbre de cambiar frecuentemente de entrenadores, el futuro de Galtier en el equipo luce incierto, mientras que Mbappé, quien llegó procedente de Mónaco en 2017 cuando todavía era un adolescente, podría estar tentado en salir si siente que su talento se está desperdiciando.
Mbappé ha dicho frecuentemente que jugar en el Real Madrid fue su sueño de la infancia, y el francés no descartó dar el salto un día, cuando aceptó permanecer más tiempo en París.
“No, no, yo estoy calmado”, dijo Mbappé cuando le preguntaron sobre si la derrota ante el Bayern podría incidir en su futuro en el PSG. “Mi objetivo es ganar la liga y luego ya veremos”.