El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se distanció del incidente ocurrido el fin de semana en Nuevo Laredo, en el que fallecieron cinco jóvenes que recibieron disparos de militares y afirmó que en su gobierno no hay impunidad para nadie.
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Tras la polémica generada por los asesinatos de los jóvenes en Tamaulipas, AMLO dijo en su conferencia matutina que “aunque se trate de supuestos sicarios, no se debe de permitir la ejecución de nadie”.
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“No se permite la violación de los derechos humanos en nuestro gobierno”, afirmó López Obrador en alusión a los comentarios en internet donde se vincula a los asesinados con presuntos grupos delictivos.
López Obrador indicó que la Fiscalía General de la República (FGR) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) están investigando el caso y que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) “está procediendo según la disciplina militar” y los reglamentos sobre el uso de la fuerza, pero no ofreció más detalles ni precisó cuántos uniformadores estarían sometidos al procedimiento.
La Sedena dijo en un comunicado (dos días después del incidente) que militares dispararon contra una camioneta que transitaba por Nuevo Laredo en la que murieron cinco personas y otra resultó herida. El Ejército admitió que los uniformados dispararon al escuchar “un estruendo” cuando el vehículo se alejó a toda velocidad, pero no reportó la presencia de armas en la unidad tiroteada.
López Obrador opinó de las afirmaciones que realizó el activista de derechos humanos de Nuevo Laredo, Raymundo Ramos, quien afirmó que sospechaba de que el Ejército y el gobierno estaban detrás de las denuncias que se hicieron en la conferencia presidencial, que lo vinculaban con un cártel, lo que podría poner su vida en riesgo.
El presidente negó que haya sido “sembrada” la pregunta que le hizo el reportero Carlos Domínguez, quien acusó a Ramos de ser “un operador más del crimen organizado, en este caso, del Cártel del Noreste” y respaldó su denuncia con una grabación de una supuesta conversación telefónica del activista que no aclaró cómo la obtuvo.
Ramos ha investigado varios asesinatos y desapariciones perpetradas por militares en Nuevo Laredo y fue el primero en denunciar la muerte de los cinco jóvenes a manos de militares. El activista atribuyó la denuncia que se hizo en su contra a “una respuesta de Sedena. Está usando la mañanera para desprestigiarme y para descalificar la denuncia de las víctimas”.
De la misma forma negó haber trabajado para el Cártel del Noreste, que domina Nuevo Laredo, y las investigaciones han demostrado que el teléfono del activista fue hackeado con el programa espía israelí Pegasus en 2020.
Esto fue confirmado a través de una investigación forense realizada por el grupo Citizen Lab de la Universidad de Toronto. La empresa que fabricó el programa de Pegasus dice que se vende sólo a los gobiernos. “Aquí se expresan libremente todos y un periodista que se apega a la verdad y que hace su trabajo con profesionalismo tiene riesgo como todos”, aclaró López Obrador.