MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
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"Espero que no siga y así lo demuestra la mayoría de gente con predicamento en el mundo literario, que se ha mostrado en contra. Cada obra hay que contextualizarla, ver hasta qué punto envejecen y nos apelan e incluso rodearlas de una explicación, pero hasta ahí", ha señalado Portela en la presentación del libro.
No obstante, la autora aún mantiene dudas respecto a la evolución de estas 'revisiones'. "No va a prosperar, pero la manera en que infantilizamos a los lectores a veces hace temer que sea una corriente que perdure. Lo bueno es que hay tensión y se está discutiendo", ha añadido.
En 'Maddi y las fronteras', Portela cuenta la historia real de María Josefa Sansberro, una mujer vasca que regentó un hotel en la frontera vasco-francesa y que terminó detenida por los nazis y enviada a campos de concentración. Al igual que en obras anteriores suyas, la autora trabaja con la ficción para hablar de memoria histórica.
"He escrito dos libros sobre ETA y la violencia en País Vasco y son aportaciones desde la cultura: luego es la sociedad la que responde", ha señalado, al ser preguntada por las palabras de Fernando Aramburu al respecto de esta escritura y sentirse un "tocapelotas" para alguno de sus "compatriotas".
"La sociedad vasca ya está en otro lugar y quien quiere lee libros sobre ETA o la violencia en Euskadi. Es parte del debate público, pero no hay una obligación de recordar", ha afirmado. También ha aludido al 'presentismo' a la hora de mirar el pasado, atribuyendo a las personas de otras épocas pensamientos actuales.
"Es algo que se da mucho hoy en día y una de las cuestiones que más me preocupan cuando miro al pasado. Por ejemplo, yo soy feminista pero, por mucho que la historia de Maddi sea la de una mujer valiente y que hizo cosas contra lo establecido, no puedo atribuirle una representación feminista", ha indicado.
"Cuando se mira al pasado no se pueden proyectar los comportamientos políticos y sociales de una época actual: hay que entender las limitaciones. Seguramente Maddi no fuera consciente de la importancia política de lo que hacía, simplemente era una persona buena y honesta con lo que creía", ha defendido.
Maddi, quien murió en 1944, fue deportada a los campos de concentración de Dachau, o Ravensbrück. Portela recibió numerosa documentación de su historia y decidió contarla de manera ficcionada. "Es una forma más de acercarse, aunque nunca pueda suplantar a la Historia como disciplina: amplía conocimientos siendo conscientes de que es ficción", ha explicado.
La protagonista de esta historia regentó un hotel que pasó a ser ocupado por los nazis --a los que tuvo que servir--, a la vez que ejerció su labor de resistencia ayudando a pasar la frontera a numerosas personas. "Es importante recuperar la memoria antifascista de una persona que se arriesgó por sus ideas", ha remarcado Portela.
Portela ha incidido en la necesidad de recordar a mujeres que sufrieron penurias en los campos de concentración alemanes. "En España, el franquismo hizo mucho daño con este olvido, mientras que en Francia parece que la Resistencia fue puramente francesa: es un relato muy patriota. En España ha habido picos en la memoria antifascista, pero nunca una narrativa constante", ha concluido.