MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
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Ahora un equipo de investigadores ha reconstruido su historia hasta hace aproximadamente 4,7 millones de años y han comprobado que se ha colapsado varias veces y que tales colapsos podrían haber inducido el transporte de humedad para alimentar la glaciación del hemisferio norte.
El estudio, realizado por un equipo dirigido por el profesor DENG Chenglong, del Instituto de Geología y Geofísica (IGG) de la Academia China de Ciencias (CAS) y publicado en la revista 'Science Advances', se basó en un nódulo de Fe-Mn de 36 mm de diámetro del Pacífico Oriental, situado a 5.050 m por debajo del nivel del mar. El nódulo fue recogido por el Servicio Geológico Marino de Guangzhou, del Servicio Geológico de China.
El escaneado magnético fue un factor importante para obtener resultados de datación precisos. "Se trata de una clave, aunque la datación final se obtuvo mediante una integración con 10Be/9Be, el flujo del metal Co y la sintonización astronómica", afirma el doctor YI Liang, de la Universidad de Tongji, primer autor del estudio y postdoctorando en IGG/CAS.
"Dado que el agua del fondo antártico es el principal proveedor de oxígeno en la región del fondo oceánico, utilizamos varios métodos científicos para identificar la relación entre la acumulación de metales en el nódulo de Fe-Mn y las condiciones redox oceánicas --indica el profesor DENG--. Los contenidos de Ni, Mn y Cu se utilizan para indicar los cambios de AAFA".
Estos resultados muestran que el oxígeno del agua de mar ha experimentado un aumento lineal en el Pacífico oriental desde alrededor de 3,4 millones de años. Esta tendencia coincide con la observación de la capa de hielo antártica (AIS), lo que sugiere una covariación entre ambas.
Al comparar el registro del AAFA con otros registros geológicos del último millón de años, los investigadores descubrieron un aumento glacial de la circulación oceánica de fondo. Esta observación implica que el CO2 atmosférico puede haberse almacenado regularmente en las profundidades oceánicas cuando el clima de la Tierra era frío, por ejemplo, durante los pasados periodos glaciares.
Las comparaciones pusieron claramente de relieve siete intervalos de escaso oxígeno en el agua de mar, lo que sugiere que la influencia del AAFA se redujo a un nivel mucho más bajo. Estos periodos se conocen como colapso del AAFA y acompañaron a un aumento de las aguas profundas del Atlántico Norte (NADW), así como a etapas clave de la historia del hemisferio norte, como cuando ésta se intensificó o amplificó.
Aunque no sabemos qué ocurrirá en respuesta al actual deshielo del AIS y a la ralentización del AAFA, el colapso del AAFA podría haber arrastrado a la Tierra a un clima glaciar más duro varias veces en el pasado.