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MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
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El Gobierno iraquí ha comenzado una investigación de la fuerte sequía que se ha acentuado en la parte en el sur del país, y que ha dejado los ríos Tigris y Éufrates en mínimos casi históricos, mientras ONG denuncian persecuciones y abusos de las fuerzas de seguridad contra los activistas medioambientales que llevan tiempo denunciando esta situacion por la mala gestión de las autoridades.
De momento, el Ministerio de Recursos Hídricos ha anunciado el envío este domingo de una delegación de técnicos a la provincia de Maysan, una de las más afectadas por la sequía, tras la publicación en las redes sociales de vídeos que revelan que ambos ríos están, a determinadas alturas, prácticamente sin agua, según informa la agencia de noticias iraquí Nina.
Tras ver estas imágenes, el diputado por la provincia Ruqaya al Nouri pidió ayuda al Gobierno iraquí para evaluar la situación y "encontrar algún tipo de solución" a un problema que es producto de múltiples factores que comienzan en Turquía, en la frontera norte de Irak, cuya red de presas ha estrangulado los manantiales de ambos ríos.
Como consecuencia directa, el norte y el centro de Irak se llevan un enorme porcentaje de un suministro de por sí restringido mientras activistas denuncian un abuso de la práctica de la irrigación. Todo ello, sumado, culmina en las graves sequías que azotan regularmente las regiones del sur.
Los críticos del Gobierno turco acusan a Ankara de usar su extensa red de presas en la zona como maniobra de presión encubierta, como también denuncian a Irán por desviar de manera artificial varios afluentes de estos ríos.
De hecho, el ministro iraquí de Recursos Hídricos ha viajado esta semana a Irán para discutir con su homólogo iraní Ali Akbar Mehrabian "los muchos desafíos hídricos que ha sufrido Irak en los últimos años, relacionados con la provisión del agua necesaria en los principales ríos, que provienen en su mayoría de los países vecinos", recoge el Ministerio iraquí en su página web.
Todo ello, según avisó en un reportaje a finales del mes pasado el diario 'The Guardian', ha desembocado en "la ruina de casi 3.000 kilómetros cuadrados" de un "ecosistema único" como es el de los humedales meridionles del país mientras el propio Gobierno teme que Irak habrá perdido una cuarta parte de sus reservas de agua dulce para la próxima década.
La visita de la delegación tiene lugar dos días después de que la ONG Human Rights Watch (HRW), especializada en el segumiento de la situación humanitaria en todo el mundo, denunciara que varios activistas medioambientales de Irak, entre ellos los especializados en la crisis hídrica del país, "se enfrentan a amenazas, hostigamiento y detención arbitraria por parte de funcionarios gubernamentales y grupos armados".
HRW acusa al Gobierno iraquí de detener sin motivo a ecologistas por denunciar casos como el de la sequía del Tigris y del Éufrates. Entre ellos se encuentra Jassim al Asadi, secuestrado el 1 de febrero por un grupo de hombres no identificados que le sometieron a palizas y torturas con descargas eléctricas.
Al Asadi ha aparecido regularmente en los medios de comunicación locales y extranjeros para concienciar a la población sobre las amenazas a las que se enfrentan los humedales del sur del país, incluida la mencionada sequía y la pérdida de cobertura vegetal.