MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
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"Sólo hay una forma de describir lo que he visto hoy: apocalíptico. Barrios enteros arrasados, casas destruidas, escuelas y comercios cerrados, vidas destrozadas. La magnitud de la devastación es realmente incomprensible", ha declarado el director ejecutivo del PMA, David Beasley, tras visitar la región, según un comunicado de Naciones Unidas.
El director del programa de la ONU ha asegurado sentirse conmocionado por la "incomprensible devastación" causada por los seísmos, que han dejado a 18 millones de damnificados y que ha provocado la muerte de al menos 50.000 personas en ambos países.
Beasley ha visitado la ciudad de Antioquía, que ha sufrido importantes pérdidas de vidas humanas y una destrucción masiva. La ciudad, según el PMA, es ahora casi una ciudad fantasma, con casas, escuelas, tiendas e infraestructuras críticas dañadas y destruidas.
"Aunque el mundo se ha movilizado rápidamente en apoyo de la población, el impacto de este terremoto se dejará sentir durante meses y años", ha aseverado Beasley, según se lee en la misiva.
También ha visitado el campamento de Boynuyogun para reunirse con familias desplazadas cuyas casas quedaron reducidas a escombros. Este campamento es uno de los siete campamentos en los que el PMA lleva años ayudando a los refugiados sirios a través de un programa de vales electrónicos, y ahora se está ampliando la ayuda para incluir a las familias turcas desplazadas por el terremoto.
Por parte siria, Beasley ha descrito la situación como una "catástrofe sobre otra catástrofe". El seísmo se produce tras 12 años de conflicto incesante, y las zonas más afectadas carecen de la capacidad y las infraestructuras necesarias para hacer frente al impacto de una catástrofe de esta magnitud, según la PMA.
En la zona, el director general de la organización ha visitado el centro de transbordo de la ONU, donde convoyes se cargan con alimentos vitales y otros suministros de emergencia antes de dirigirse al paso fronterizo de Bab al Hawa, de camino a las zonas no controladas por los rebeldes del noroeste de Siria.
Tras la reciente apertura de otros dos pasos fronterizos, Bab al Hawa es uno de los tres pasos fronterizos abiertos entre Turquía y el noroeste de Siria, proporcionando una línea vital a millones de personas.
En este sentido, Beasley se unió a un convoy de 21 camiones que transportaba 380 toneladas de harina de trigo, bulgur y arroz, junto con otros artículos de emergencia no alimentarios.
"Nuestros camiones están rodando, y estos alimentos y otros suministros salvarán literalmente miles y miles de vidas", ha declarado Beasley, mientras observaba cómo el convoy entraba en Siria. Desde el 13 de febrero, cuando se reabrió el paso fronterizo, el PMA ha apoyado el cruce de 180 camiones hacia zonas no controladas por el gobierno en el noroeste de Siria.
Con el terremoto agravando las necesidades y las reservas agotándose rápidamente, "es fundamental" que los alimentos y otros suministros vitales puedan entrar en el noroeste de Siria a través de todas las modalidades, según la ONU.
"La asistencia alimentaria debe llegar a la gente del noroeste de Siria desde todos los lados, a través de todas las rutas, sin restricciones. Damos la bienvenida a la apertura de los dos puntos fronterizos adicionales desde Turquía. Al mismo tiempo, debemos reanudar y ampliar las entregas cruzadas y hago un llamado a todas las partes para que faciliten el acceso", ha instado Beasley.