MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
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El generador de Imágenes Ultravioletas Extremas (EUI) tomó una película del avance del planeta. En particular, mostró a Mercurio justo después de que abandonara el disco y se silueteara frente a las estructuras gaseosas de la atmósfera solar.
En la observación del instrumento PHI (Polarimetric and Helioseismic Imager (PHI), Mercurio aparece como un círculo negro en el cuadrante inferior derecho de la imagen. Se distingue claramente de las manchas solares que pueden verse más arriba en el disco solar.
El instrumento Spectral Imaging of the Coronal Environment (SPICE) divide la luz del Sol en sus colores constituyentes para aislar la luz de los distintos átomos de la atmósfera inferior del Sol. Estos átomos se han elegido para revelar las distintas capas de la atmósfera solar, que existen a diferentes temperaturas. El neón (Ne VIII) se encuentra a una temperatura de 630 000 K, el carbono (C III) a 30 000 K, el hidrógeno (Ly Beta) a 10 000 K y el oxígeno (O VI) a 320 000 K.
"No se trata sólo de observar a Mercurio pasando por delante del Sol, sino pasando por delante de las diferentes capas de la atmósfera", afirma en un comunicado Miho Janvier, del Institut d'Astrophysique Spatiale (Francia), científico adjunto del proyecto SPICE que actualmente está en comisión de servicio en la ESA.
Los astrónomos han utilizado los tránsitos planetarios con diversos fines. En siglos pasados, se utilizaban para calcular el tamaño de nuestro Sistema Solar. Observadores situados en lugares muy distantes entre sí cronometraban el tránsito y comparaban los resultados. Como observaban desde lugares distintos, el momento exacto del acontecimiento sería ligeramente diferente. Conociendo la distancia entre los observadores, podían utilizar la trigonometría para calcular la distancia al Sol.
Más recientemente, los tránsitos se han convertido en la forma más eficaz de encontrar planetas alrededor de otras estrellas. A medida que el planeta se desplaza por la cara de la estrella, la superficie brillante queda cubierta marginalmente por la silueta del planeta, por lo que disminuye un poco su brillo. La repetición regular de este fenómeno permite calcular el tamaño y la órbita del planeta.
La ESA utiliza el método del tránsito para estudiar exoplanetas en su misión actual Cheops (CHaracterising ExOPlanet Satellite). En un futuro próximo, la misión PLAnetary Transits and Oscillations of stars (PLATO) utilizará los tránsitos para buscar planetas del tamaño de la Tierra en las zonas habitables de hasta un millón de estrellas. Y en 2029, la misión Ariel (Atmospheric Remote-sensing Infrared Exoplanet Large-survey) de la ESA utilizará tránsitos para estudiar las atmósferas de unos 1.000 exoplanetas conocidos.
Para Solar Orbiter, este tránsito en particular ofreció una valiosa oportunidad para calibrar los instrumentos. "Es un objeto negro certificado que viaja a través de su campo de visión", afirma Daniel Müller, Científico del Proyecto Solar Orbiter en la ESA. Por tanto, cualquier brillo registrado por el instrumento dentro del disco de Mercurio debe deberse a la forma en que el instrumento transmite su luz, denominada función de dispersión puntual. Cuanto mejor se conozca esto, mejor se podrá eliminar. De este modo, estudiando este fenómeno se podrá mejorar aún más la calidad de los datos del Solar Orbiter.