MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
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"La derrota final puede que se retrase, pero generalmente es inevitable. La combinación de corrupción, generales ineptos y una economía débil frente al heroísmo y la alta motivación de las fuerzas que se defienden solo pueden llevar a una derrota", ha puntualizado en una serie de mensajes difundidos a través de su cuenta de Twitter.
De cara al aniversario del inicio de la invasión rusa de Ucrania, Navalni, que se encuentra encarcelado en Rusia, ha reafirmado que solo desea "lo mejor para su país" y ha recalcado que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha puesto en marcha una "guerra injusta contra Ucrania bajo pretextos ridículos".
"Está tratando desesperadamente de convertir esto en una guerra del pueblo para convertir a los ciudadanos en sus cómplices, pero está fracasando. Casi no hay voluntarios, así que el Ejército de Putin tiene que recurrir a convictos y gente movilizada a la fuerza", ha advertido antes de sostener que "los motivos reales de esta guerra son los problemas políticos y económicos que Rusia padece y el deseo de Putin de agarrarse al poder cueste lo que cueste".
En este sentido, ha puntualizado que está "obsesionado con su legado histórico" y quiere "pasar a los anales de la historia como un zar conquistador". "Miles de ucranianos inocentes han sido asesinados y millones sufren. Se han cometido crímenes de guerra. Las ciudades ucranianas y la infraestructura ha sido destruida", ha continuado.
No obstante, ha insistido en que Rusia "sufre una derrota militar". "El hecho de que se hayan dado cuenta de esto ha cambiado la retórica de las autoridades, que al principio aseguraban que Kiev caería en tres días". "Ahora hay amenazas histéricas sobre el uso de armas nucleares", ha añadido.
"Casi todas las fronteras del mundo son accidentales y no gustan a alguien. Pero en el siglo XXI no podemos empezar guerras solo para redibujarlas porque si no el mundo caería en el caos", ha dicho Navalni, que ha calificado de "hipócritas" los llamamientos de Rusia a un alto el fuego.
Así, ha instado a las autoridades a "dejar a Ucrania tranquila y permitir su desarrollo". "Dejad de lado la agresión, acabad con la guerra y retirad las tropas. Ponerle fin sería una fuerte decisión. Junto a Ucrania, Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea deben buscar formas de compensar los daños sufridos por Ucrania", ha subrayado.
IMPERIALISMO Y SANCIONES
Para ello, ha propuesto que se retiren las sanciones impuestas sobre el gas y petróleo rusos, pero "dirigir parte de los ingresos por la exportación de hidrocarburos a la reparación del territorio". "Esto solo puede hacerse, por supuesto, tras un cambio de poder en Rusia y el fin de la guerra", ha explicado.
"Siempre habrá gente con una visión imperialista en Rusia, (...) pero están lejos de ser una mayoría. Estas personas deben ser derrotadas en elecciones, al igual que lo han sido los políticos de extrema derecha y extrema izquierda en los países desarrollados", ha advertido.
Navalni ha asegurado, además, que "Rusia ya es suficientemente grande" y ha defendido que el fin de la guerra no solo "será bueno para Rusia y su gente sino también muy beneficioso económicamente". "Tenemos que desmantelar el régimen de Putin y su dictadura. De forma ideal, esto tendría que hacerse mediante elecciones libres y la convocatoria de una Asamblea Constituyente", ha expresado.
Por último, ha instado a establecer una república parlamentaria "basada en la alternancia de poder en elecciones libres, con cortes independientes, un sistema federal y una completa libertad económica, así como una justicia social". "Tenemos que reconocer nuestra historia y tradiciones, debemos ser parte de Europa y seguir su camino hacia el desarrollo. No tenemos otra opción", ha zanjado.
Navalni fue encarcelado en enero de 2021 cuando regresó a Moscú desde Berlín, donde había estado recuperándose de un envenenamiento que él y los gobiernos occidentales atribuyeron al servicio de seguridad del presidente ruso. El Kremlin niega cualquier responsabilidad.
El opositor fue encarcelado por haber violado las reglas de conducta impuestas en el expediente de libertad condicional en el marco del caso Yves Rocher, por el que fue sentenciado en 2014 por corrupción.