GINEBRA (AP) — La venta del Manchester United pondrá a prueba las reglas del fútbol europeo diseñadas para proteger a este deporte frente a los riesgos de que un dueño controle múltiples clubes y ponga en entredicho la integridad de los partidos.
PUBLICIDAD
Tres ofertas ampliamente esperadas para adquirir al club más laureado en la liga inglesa están vinculadas a otros equipos establecidos en las competencias de la UEFA, como la Liga de Campeones, o abrigan ambiciones de codearse con la elite.
PUBLICIDAD
Fondos soberanos estatales de Qatar y Arabia Saudí adquirieron ya respectivamente al Paris Saint-Germain y Newcastle. Mientras, el multimillonario británico Jim Ratcliffe, aficionado del United, es dueño del Niza en Francia.
Los fondos y Ratcliffe se disputarían ahora la compra del United.
Hace 25 años la UEFA libró la primera batalla legal contra la “multipropiedad” y recién este mes advirtió de los riesgos que este modelo plantea sobre una posible colusión en la cancha y sobre la transferencia de jugadores.
El organismo rector del fútbol europeo cuenta con reglas que prohíben la participación de clubes en sus competencias si los dueños de éstos tienen una “influencia decisiva” sobre dos equipos clasificados.
Un caso clave se resolvió en junio de 2017, luego de una investigación sobre Leipzig y Salzburgo, propiedad de Red Bull. La UEFA permitió que ambos equipos participaran en la próxima Liga de Campeones.
REGLAS
El artículo 5 de las regulaciones de las competencias de la UEFA —Liga de Campeones, Europa League y Europa Conference League— habla de la integridad y de la multipropiedad.
Los clubes no pueden tener acciones o control de dirección de otro club que participe en competencias de la UEFA, además de que individuos o entidades legales no podrán ser dueños ni tener control de más de un club.
Se define como “poder ejercer una influencia decisiva por cualquier medio en la toma de decisiones de un club”.
La empresa de Ratcliffe, INEOS, tendría un claro conflicto de interés.
La propuesta de Qatar, revelada el viernes, está encabezada por el jeque Jassim bin Hamad Al Thani, presidente del Qatar Islamic Bank (QIB), e hijo de un ex primer ministro.
Sería difícil demostrar que el vehículo de inversión del jeque está totalmente separado de los intereses respaldados por el Estado que financian a Qatar Sports Investment en el PSG.
CASOS ANTERIORES
En los cuartos de final de la Copa de Campeones de la Copa Europea 1997-98, tres de los ocho equipos —AEK Athens, Slavia de Praga y Vicenza— pertenecían al mismo grupo de inversores conocido como ENIC. La empresa que era dueña del Tottenham también tenía acciones en los Rangers y Basilea.
Semanas después, el comité ejecutivo de la UEFA introdujo la nueva regla de multipropiedad. Slavia participó en la siguiente Copa UEFA, pero el AEK fue excluido.
Los clubes apelaron ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, que decidió en favor de los equipos, asegurando que la UEFA “violó sus obligaciones de buena fe e imparcialidad procesal” al adoptar la regla tan rápido.
POSICIÓN ACTUAL
La semana pasada la UEFA dio un mensaje duro a los clubes y ligas en su estudio de finanzas anuales.
“El incremento de las inversiones en varios clubes tiene el potencial de amenazar de manera material la integridad de las competencias de clubes europeos, con el alto riesgo de ver dos clubes con los mismos dueños o inversores enfrentándose en el campo”, escribió la UEFA.