MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
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La mayoría de los reptiles sustituyen constantemente sus dientes por otros nuevos. Sin embargo, los dientes de las serpientes no muestran signos de cómo se eliminan los dientes viejos de la mandíbula. En cambio, otros reptiles tienen una "fosa de sustitución" que se forma cuando empieza a crecer un diente nuevo. Esta fosa de sustitución corroe la base del diente más viejo y ayuda a que se desprenda en un proceso conocido como reabsorción dental externa.
Los resultados del estudio revelan que las serpientes carecen de estas fosas y son capaces de desprenderse de los dientes viejos gracias a la acción inusual de los odonoclastos (células que eliminan los tejidos dentales), que descomponen la dentina del interior del diente.
Los resultados del estudio demuestran que esta reabsorción interna de los dientes puede detectarse incluso de forma no invasiva, mediante tomografía computerizada. Combinando estos métodos, los investigadores revelaron que esta forma única de sustitución dental se encuentra en todo el árbol evolutivo de las serpientes.
"A medida que los nuevos descubrimientos de serpientes fósiles más antiguas empujan sus orígenes a la era de los dinosaurios, puede llegar un momento en que las líneas entre 'lagarto' y 'serpiente' parezcan borrosas. Necesitamos marcadores anatómicos exclusivos de las serpientes, que se conserven tanto en las especies vivas como en las extinguidas y que puedan identificarse en los fósiles. A partir de este mecanismo de desprendimiento de dientes en serpientes actuales, podemos aportar una nueva línea de pruebas, independiente de la anatomía del cráneo y el cuerpo, que respalde la identificación de mandíbulas fósiles como pertenecientes a serpientes primitivas", afirma en un comunicado el doctor Aaron LeBlanc, autor principal del estudio y profesor de Biociencias Dentales en la Facultad de Odontología y Ciencias Orales y Craneofaciales.
La sustitución de dientes en las serpientes no tiene equivalente en otros lagartos ni en ningún otro reptil. En algún momento de la vida de cada diente de serpiente, sufre una dramática transformación: la pulpa interna de cada diente se llena de grandes células que empiezan a corroerlo desde dentro. Este proceso acaba debilitando la base del diente lo suficiente como para separarlo de la mandíbula, permitiendo que el nuevo diente se coloque en su posición y sustituya a su predecesor.
Mediante tomografía computerizada, los investigadores observaron el interior de esqueletos de especies existentes e identificaron las "marcas de mordedura" en los tejidos dentales dejadas por los odontoclastos que habrían estado reabsorbiendo el interior del diente.
A continuación, los investigadores utilizaron este método para detectar estas "marcas de mordedura" en el interior de los dientes de la serpiente fósil Yurlunggur y de uno de los fósiles de serpiente más antiguos, un fragmento de mandíbula de Portugalophis de 150 millones de años de antigüedad, lo que sugiere que se trata de una de las primeras innovaciones en el linaje de las serpientes, anterior incluso a la pérdida de las extremidades.
El trabajo se publica en la revista Nature Communications.