MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
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El Gobierno etíope se enfrenta a una nueva crisis después de que la iglesia ortodoxa del país haya denunciado al primer ministro, Abiy Ahmed, por respaldar a una escisión no reconocida, en medio de protestas y ataques como el que dejó ocho muertos el pasado fin de semana en una iglesia de Arsi Occidental, en la región de Oromia, la más grande del país y epicentro de esta crisis.
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La tensión comenzó el 22 de enero, cuando tres obispos ortodoxos declararon la creación del llamado Santo Sínodo de Oromia, las Naciones y las Nacionalidades, conformada en principio por 25 episcopados. Todos ellos fueron excomulgados de manera fulminante tres días después por la rama principal, el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Tewahedo Etíope, seguida por unos 50 millones de fieles en todo el país.
Detrás de la escisión se encuentra el arzobispo Abune Sawiros, quien explicó su decisión de desvincularse de la Iglesia Tewahedo al considerar que sus responsables nada habían hecho para ofrecer servicios religiosos en las lenguas tribales, lo que había desembocado en la pérdida de millones de fieles durante los últimos años en Oromia y la región del Sur.
El primer ministro etíope intentó en un primer momento distanciarse de la crisis, que describió como un asunto interno, y pidió a los líderes de ambas ramas que solventaran sus diferencias. Estos comentarios desataron la ira del sínodo Tewahedo que acusó al mandatario, oromo y protestante, de distorsionar la crisis al describirla como un conflicto personal.
"Nos resulta especialmente perturbador que el primer ministro dejara entrever que este sínodo se opone a la misa en lengua oromo, algo que está muy lejos de la realidad", según una misiva enviada a principios de este mes por la iglesia Tewahedo y firmada por el patriarca Abune Mathias, líder ortodoxo, quien ha anunciado el comienzo de movilizaciones multitudinarias desde la capital, Adís Abeba, el próximo domingo.
Los acontecimientos se precipitaron el 4 de febrero cuando, según la Comisión para los Derechos Humanos de Etiopía, un panel de especialistas independientes, murieron al menos ocho personas a manos de "cooperantes de las fuerzas de seguridad etíopes" que emplearon "fuerza desproporcionada" para dispersar un intento de ocupar la iglesia de San Miguel Arcángel.
La misma comisión, en su informe publicado este viernes, denuncia una campaña de represión contra seguidores de la iglesia ortodoxa tewahedo que se han opuesto a la creación de este nuevo sínodo, y que han sido víctimas de "palizas, intimidación, expulsión de iglesias y detenciones extrajudiciales".
El acceso a Internet en buena parte del país se ha visto ralentizado durante las últimas horas en medio de protestas por esta crisis mientras que las escuelas de la capital del país, Adis Abeba, han cerrado sus puertas este viernes dado el ambiente de tensión que se vive en la ciudad de cara a lo que podría acabar siendo, el próximo domingo, un choque de grupos de manifestantes a favor y en contra de los obispos excomulgados.
Mientras, el Grupo de Trabajo Conjunto de Seguridad e Inteligencia de Etiopía, que conforman las principales agencias de seguridad del país, ha avisado a ambos grupos que se abstengan de convocar manifestaciones no autorizadas en la capital y en otras partes del país, para "crear disturbios" deliberadamente entre los fieles, según un comunicado recogido por el 'Addis Standard'.