MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
"Tomar decisiones concretas y valientes sobre el papel de la mujer dentro de la Iglesia y sobre su mayor participación a todos los niveles, también en la toma de decisiones y en los procesos de toma de decisiones", proponen los prelados en sus conclusiones de la Asamblea continental europea del Sínodo, que les ha reunido, en Praga, del 5 al 9 de febrero.
Los obispos plantean este asunto como una "prioridad" a abordar en la asamblea del Sínodo de los Obispos sobre sinodalidad, un proceso de escucha convocado por el Papa Francisco y que se prolongará hasta 2024.
Entre otras prioridades, los prelados también apuntan: profundizar en la práctica de la sinodalidad, considerar las tensiones en torno a la liturgia y "salvar la brecha entre fe y cultura" para llevar el Evangelio a todas las personas.
Asimismo, subrayan la importancia de "escuchar el grito de los pobres y de la tierra en Europa" y, en particular, "el grito desesperado de las víctimas de la guerra que reclaman una paz justa".
En este sentido, durante la asamblea continental, han mencionado "varias veces" la "violencia despiadada de la guerra de agresión que desfigura a Ucrania". También han dirigido su pensamiento a las víctimas del terremoto que asoló Turquía y Siria.
Asimismo, los obispos expresan su "dolor" por los abusos sexuales perpetrados por sacerdotes o religiosos, y añaden que la Iglesia "necesita pedir perdón para poder avanzar en la reconciliación, la curación de la memoria y la acogida de los heridos".
"Volvimos a sentir el dolor de las heridas que marcan nuestra historia reciente, comenzando por las que la Iglesia ha infligido a través de los abusos perpetrados por personas que estaban ejerciendo un ministerio u oficio eclesial", subrayan en el documento.
Sobre el camino sinodal, los prelados reconocen que el trabajo ha sido "rico y apasionante, aunque no exento de problemas y dificultades".
Además, muestran su deseo de que esta asamblea continental no se quede en una experiencia "aislada", sino que se convierta en una" cita periódica", y que el método sinodal "impregne" todas sus estructuras y procedimientos a todos los niveles.
"En este estilo, será posible abordar los temas en los que nuestros esfuerzos necesitan madurar e intensificarse: el acompañamiento de los heridos, el protagonismo de los jóvenes y mujeres, el aprendizaje de las personas marginadas, etcétera", precisan.
Al mismo tiempo, esperan que este estilo sinodal les permita "abordar las tensiones desde una perspectiva misionera", sin dejarse "paralizar por el miedo". En concreto, se refieren a dos asuntos que han surgido en su trabajo: "la unidad en la diversidad, escapando a la tentación de la uniformidad" y "la disponibilidad para acoger".
Estas conclusiones se han extraído de la asamblea continental que ha reunido en Praga, del 5 al 9 de febrero, a 200 delegados en representación de las distintas Conferencias Episcopales de Europa. Por parte de España, han participado el presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella; el obispo coordinador del equipo sinodal, Vicente Jiménez; el secretario del equipo sinodal, el sacerdote Luis Manuel Romero; la responsable de la Vida consagrada y miembro del equipo sinodal, María José Tuñón; la presidenta del Foro de Laicos y también miembro del equipo sinodal, Dolores García Pi.
Además de las conclusiones que se han hecho públicas este viernes, próximamente, darán a conocer el documento final definitivo. Asimismo, tras esta primera fase de la asamblea, los presidentes de las Conferencias Episcopales de Europa continuarán reunidos hasta el 12 de febrero.
Durante el encuentro de Praga, cada conferencia episcopal presentó sus propuestas para el futuro de la Iglesia. En concreto, en la síntesis presentada por la Conferencia Episcopal Española, se proponía reconocer "definitivamente" el papel de la mujer en la Iglesia, "en condiciones de igualdad" y "a todos los niveles eclesiales".
Además, se recogía el deseo recurrente de los fieles de que se tenga en cuenta a la mujer en la vida de la Iglesia, aunque se reconocía que "en la práctica no está siendo así y está costando mucho avanzar en esta dirección".