PARÍS (AP) — Cientos de miles de franceses salieron a las calles el martes para participar en una tercera ronda de protestas contra los planes para reformar el sistema de pensiones del país, al tiempo que huelgas en distintas partes de Francia afectaron el sistema de transporte público y las escuelas, así como el suministro de electricidad, de petróleo y de gas. La participación fue menor a la registrada en manifestaciones anteriores.
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Se tenía previsto que los pasajeros de trenes tuvieran que lidiar con más demoras el miércoles, debido a que dos sindicatos ferroviarios están convocando a prolongar su huelga 24 horas.
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Las movilizaciones se produjeron un día después de que los legisladores comenzaron a debatir en el Parlamento el proyecto de ley que elevará la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años. La reforma es el proyecto insignia del segundo mandato del presidente Emmanuel Macron.
Más de 750.000 personas marcharon en París, Niza, Marsella, Tolosa, Nantes y otras partes de la nación, de acuerdo con el Ministerio del Interior. Esa cifra es menor a la registrada en la protesta pasada, realizada el 31 de enero. Los casi 60.000 manifestantes en la capital francesa marcharon desde la zona donde se encuentra la Ópera de París y pasaron por distintas partes de la ciudad sosteniendo letreros con las frases: “Salven su pensión” y “Cobren impuestos a los multimillonarios, no a las abuelas”. Las afectaciones por las huelgas también fueron menores a las del 31 de enero.
El actual sistema de jubilación de Francia “es un logro democrático en el sentido de que es una especialidad francesa que otros países envidian”, dijo la manifestante Anissa Saudemont, de 29 años.
“Siento que, con la elevada inflación, el desempleo, la guerra en Ucrania y el cambio climático, el gobierno debe enfocarse en algo más”, agregó.
La marcha en París fue en gran medida pacífica, pero hubo algunos hechos de violencia. La policía dijo que detuvo a 17 personas por “lanzar proyectiles” y por supuestos actos vandálicos.
La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, defendió el martes el plan del gobierno, pero insinuó que había lugar para hacer ajustes.
“Estoy convencida de que hay puntos de acuerdo por encontrar. Estoy convencida de que juntos podemos mejorar este texto. Será a través del debate, la confrontación de ideas y, por supuesto, el respeto”, dijo.
Si no se hace nada, comentó Borne, los impuestos y los costos sociales aumentarán, junto con el desempleo y un menor poder adquisitivo. Eso costaría caro a los jubilados con pensiones modestas y a “todos los que han trabajado toda su vida, y desde luego no a los grandes empresarios”, afirmó.
La semana pasada, aproximadamente 1,27 millones de personas salieron a las calles para protestar, de acuerdo con las autoridades, más que en la primera protesta grande del 19 de junio. Se tienen previstas más manifestaciones para el sábado, las cuales fueron convocadas por los ocho principales sindicatos de Francia.
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Los periodistas de The Associated Press Sylvie Corbet, Oleg Cetinic y Elaine Ganley en París contribuyeron a este despacho.