MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
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Los resultados coinciden con un creciente número de pruebas de que la ruta más probable para los primeros americanos era una ruta costera del Pacífico que se utilizaba antes de que las grandes capas de hielo que cubrían gran parte de la actual Canadá y partes de EE.UU. comenzaran a retirarse.
Según Alan Mix, oceanógrafo y paleoclimatólogo de la Universidad Estatal de Oregón (OSU) y coautor del estudio, los investigadores, utilizando modelos oceánicos y datos de testigos de sedimentos recogidos en el Pacífico nororiental, hallaron dos intervalos climáticos distintos en los que la presencia de hielo marino costero estable habría facilitado la migración hacia el sur hacia el final de la última glaciación.
"Nuestra investigación indica que, durante la última glaciación, el hielo a lo largo de la costa occidental de Norteamérica, desde Seattle hasta Alaska, se movió bastante de un lado a otro", explicó en un comunicado Mix, profesor de la Facultad de Ciencias de la Tierra, el Océano y la Atmósfera de la OSU. "Sorprendentemente, hubo momentos en los que el hielo no bloqueó el camino de aquellos primeros pobladores. De hecho, algunos hielos podrían haber facilitado la migración".
Los primeros americanos ocuparon parte de Beringia, una masa de tierra en el actual estrecho de Bering que creó un puente entre Asia y Norteamérica. La cuestión de cuándo y cómo los primeros pobladores se desplazaron desde allí hacia el sur de América es algo que los investigadores llevan décadas estudiando.
Muchas de las pruebas de la presencia de los primeros pobladores de América tienen menos de 13.000 años de antigüedad y es posible que quedaran tras el calentamiento del clima y la retirada de la gruesa capa de hielo. Esas pruebas llevaron a la teoría de que las Américas se poblaron a través de un corredor interior que se abrió cuando la capa de hielo empezó a retroceder.
Pero pruebas más recientes, como el descubrimiento de puntas de proyectil de 15.700 años de antigüedad por Loren Davis, antropóloga del OSU, indican que la gente empezó a llegar a América mucho antes de que se abriera el corredor interior libre de hielo.
"Las pruebas cada vez más numerosas de la llegada humana antes de la apertura del corredor libre de hielo hacen de la ruta costera la vía más probable de entrada en Norteamérica", afirmó Praetorius. "Queríamos intentar averiguar cómo afectó el cambio climático regional a la viabilidad de la ruta costera en distintas épocas. Por ejemplo, comprender dónde y cuándo se formaba el hielo marino en el Golfo de Alaska tiene implicaciones para la forma en que la gente podía desplazarse por la costa, ya fuera a pie o en embarcaciones."
Un modelo oceánico de alta resolución utilizado por el coautor del estudio, Alan Condron, de la Institución Oceanográfica Woods Hole de Massachusetts, indicó que cuando el hielo de los bordes de la capa de hielo cordillerana empezó a retirarse, drenó gran cantidad de agua dulce hacia el océano. Ese deshielo aceleró las corrientes oceánicas que se desplazaban hacia el norte, lo que habría dificultado los viajes en barco hacia el sur a lo largo de la costa, entre los puntos de tierra seca.
HIELO MARINO EN VERANO
Los testigos de sedimentos, que proporcionan a los investigadores información importante sobre las condiciones cambiantes del océano y del planeta durante largos periodos de tiempo, mostraron la presencia de hielo marino en intervalos clave que podrían haber facilitado los viajes a pie.
Los testigos de sedimentos, recogidos en el Golfo de Alaska, contenían restos moleculares de algas que crecían alrededor del hielo marino a lo largo de la costa. En dos intervalos, de hace 22.000 a 24.500 años y de nuevo de hace 14.800 a 16.400 años, el hielo marino estaba presente en invierno lo que probablemente dio a los primeros americanos la oportunidad de viajar a lo largo de la costa, dijeron los investigadores.
"El hielo marino es relativamente plano y bastante estable cuando está pegado a la costa, por lo que se puede caminar sobre él y cazar focas para sobrevivir durante el invierno", explicó Praetorius. "Parece posible que el hielo marino pudiera haber facilitado los desplazamientos, en lugar de dificultarlos, al proporcionar una superficie más transitable que el peligroso camino de los glaciares agrietados o de remar contra las fuertes corrientes oceánicas".