ESTOCOLMO (AP) — El primer ministro sueco Ulf Kristersson arremetió el martes contra los activistas que quemaron el Corán y colgaron un muñeco del presidente de Turquía en Estocolmo, señalando que eran “idiotas útiles” para fuerzas externas que quieren infligir daño en el país escandinavo en momentos en los que busca incorporarse a la OTAN.
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“Hemos visto cómo actores extranjeros, incluso actores estatales, han utilizado estas manifestaciones para exacerbar la situación de una forma que sea directamente dañina para la seguridad sueca”, comentó Kristersson a reporteros en Estocolmo, sin nombrar algún país en específico.
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El primer ministro reunió a los líderes de los partidos parlamentarios de Suecia para discutir la situación de seguridad nacional en medio de crecientes tensiones con Turquía y una oleada de protestas contra Suecia en otras naciones musulmanas.
Las protestas se produjeron en reacción a una serie de pequeñas manifestaciones este mes en Estocolmo contra Turquía y su presidente Recep Tayyip Erdogan.
En una protesta, un muñeco de Erdogan fue colgado en un poste de luz afuera del Ayuntamiento de Estocolmo. En otra, un activista de extrema derecha quemó un Corán afuera de la embajada de Turquía.
Ankara reaccionó con furia a las protestas y advirtió que Suecia no podía esperar que apoyara su incorporación a la OTAN.
Funcionarios del gobierno sueco se han distanciado de las protestas, al tiempo que señalan que están protegidas por el derecho a la libertad de expresión.
“Los grupos e individuos que llevaron a cabo este tipo de acción, en esta situación de seguridad, se han convertido en idiotas útiles para fuerzas que desean causar daño a Suecia”, señaló Kristersson.
Dijo que su gobierno de centro-derecha está trabajando a través de los canales diplomáticos para enfriar la situación y añadió que había hablado vía telefónica con el secretario general de la ONU, António Guterres.
Suecia y la vecina Finlandia abandonaron décadas de no alineación y solicitaron incorporarse a la OTAN luego de la invasión rusa a Ucrania. Todos los miembros de la OTAN, con excepción de Turquía y Hungría, han aceptado su adhesión, pero se necesita que sea aprobada de manera unánime.