MIAMI (AP) — Cuatro sospechosos claves en el asesinato del presidente de Haití Jovenel Moïse, entre ellos un exsoldado colombiano, comparecieron el miércoles por primera vez ante una corte federal del sur de la Florida para enfrentar acusaciones de que tramaron y participaron en el magnicidio, un día después de haber sido transferidos a Estados Unidos.
El colombiano Germán Rivera García y los haitiano-estadounidenses James Solages, Joseph Vincent y Christian Emmanuel Sanon lucieron tranquilos en la audiencia de unos 30 minutos realizada en uno de los edificios de la corte federal del centro de Miami. Vestían uniformes de presidiarios de color beige, llevaban tapabocas, esposas y grilletes en sus tobillos.
No hablaron, salvo para pedirle a la jueza Alicia Otazo-Reyes un abogado pagado por el gobierno cuando la magistrada les preguntó a cada uno por separado si tenían los recursos económicos para afrontar su defensa.
“¿Puede usted pagar un abogado?”, interrogó Otazo-Reyes a Rivera García, el último de los cuatro en llamar para preguntarle si habían entendido cuáles eran sus derechos y leerle sus acusaciones.
“Quisiera uno de la corte", le respondió el colombiano, el único que habló en español y utilizó auriculares para escuchar la traducción de la audencia, que transcurrió en inglés. Al igual que él, los otros tres acusados respondieron “no” cuando la magistrada les preguntó si tenían trabajo, ahorros o propiedades.
Otazo-Reyes les designó a cada uno de los cuatro un abogado diferente.
Solages, de 37 años, Vincent, de 57, y Rivera García, de 44, fueron unos de los primeros arrestados después de que Moïse recibió 12 disparos en su casa privada de la capital de Haití, Puerto Príncipe, el 7 de julio de 2021. Los tres están acusados de asociación ilícita para cometer asesinato o secuestro en otro país, y de suministrar ayuda material y recursos que resultaron en muerte.
Sanon, un pastor, médico y empresario de 54 años, está acusado de conspirar para contrabandear artículos hacia Estados Unidos y de presentar información de exportación ilegal. Documentos de la corte indican que supuestamente envió 20 chalecos blindados a Haití, pero la descripción del cargamento decía “chalecos médicos de rayos X y suministros escolares”.
De ser encontrados culpables, Solages, Vincent y Rivera enfrentarían una condena máxima de prisión perpetua. Sanon, cuyos allegados han sugerido que fue engañado por los verdaderos autores intelectuales del asesinato que aún no han sido identificados, enfrenta una condena de hasta 20 años en cárcel.
En la audiencia, los fiscales solicitaron que los cuatro acusados permanezcan detenidos en una prisión federal, alegando que podrían tomar un avión y escaparse del país en caso de quedar en libertad.
La jueza fijó una audiencia de fianza para el 6 de febrero y otra para la presentación formal de los cargos en la que podrían declararse inocentes o culpables, para el 15 de febrero.
En total son siete los sospechosos que están ahora detenidos en el sur de la Florida y enfrentan cargos ante los tribunales federales por su presunta participación en el asesinado del líder haitiano.
Entre ellos aparecen Rivera García y Mario Palacios, dos de los cerca de 20 expolicías colombianos que enfrentan acusaciones.
Los otros sospechosos que están en Estados Unidos son Rodolphe Jaar, un empresario haitiano que se desempeñó como informante del gobierno estadounidense y fue trasladado desde República Dominicada, donde fue detenido en enero de 2022.
Palacios fue deportado por Jamaica después de huir de Haití. Fue detenido por funcionarios estadounidenses en Panamá en una parada que hizo mientras se dirigía a Colombia.
En enero de 2022 las autoridades arrestaron al senador haitiano John Joël Joseph, que también había escapado hacia Jamaica.
En Haití, el caso está estancado, en medio de amenazas de muerte que han asustado a los jueces.
De acuerdo con documentos judiciales, dos meses antes del asesinato de Moïse, Vincent envió a Solages por texto un video de un gato “reaccionando alerta” al sonido de disparos. Solages se rió y Vincent le respondió: “Así es como será Jovenel, pero (antes) si ustedes realmente lo hacen!”. Entonces Solages le respondió que ”(este) gato nunca volverá” y “créame hermano, definitivamente estamos trabajando en nuestra decisión final”, según indican los documentos.
Posteriormente, en junio, unos 20 exsoldados colombianos fueron reclutados para supuestamente ayudar a arrestar al presidente y proteger a Sanon, quien tenía aspiraciones de convertirse en el nuevo líder de Haití. Rivera García era el líder del grupo, según los documentos que presentó la fiscalía en el caso del sur de la Florida.
Las autoridades dijeron que el plan era detener a Moïse y trasladarlo en avión a un lugar no identificado, pero el plan fracasó cuando los sospechosos no pudieron encontrar un avión o suficientes armas.
Un día antes de la matanza, Solages le mintió a otros de los sospechosos diciéndoles que se trataba de un operativo de la CIA y que la misión era matar al presidente, según los documentos. Poco antes del asesinato, dijeron las autoridades, Solages gritó que supuestamente se trataba de una operación de la DEA para garantizar el cumplimiento del equipo de seguridad del presidente.
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Editores: La periodista de la AP Dánica Coto contribuyó con esta información desde San Juan.