En medio de toda la información sobre el tiroteo que dejó 11 muertos en una sala de baile de Monterey Park, California, hay un dato alarmante: la policía tardó cinco horas en alertar al público que el agresor estaba prófugo.
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Incluso después de que el atacante de 72 años fue a otra sala de baile con su pistola estilo subametralladora —un ataque en potencia que fue frustrado por un héroe que le arrebató el arma y ahuyentó al hombre— pasaron varias horas antes de que la policía ofreció una conferencia de prensa para anunciar que el agresor andaba suelto.
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Expertos dicen que la masacre, que sembró el terror en la comunidad asiática del área de Los Ángeles, dejó en relieve la falta de estándares nacionales para notificar al público y la necesidad de un sistema agresivo de alertas _similar a las Amber sobre el robo de infantes— que enviaría inmediatamente mensajes a celulares y avisos luminosos en carreteras.
“Cinco horas es medio ridículo”, declaró Chris Grollnek, un policía y agente del escuadrón táctico SWAT retirado, especialista en tiradores activos. “Éste será un caso muy bueno para estudiar en el futuro. ¿Por qué cinco horas?”.
Brian Higgins, excomandante SWAT y jefe policial del condado Bergen en Nueva Jersey, dijo que se debió haber emitido una alerta inmediatamente y que media hora entre los dos incidentes fue más que suficiente para hacerlo.
“¿Por qué tardaron tanto?” preguntó Higgins, profesor adjunto en la facultad de justicia penal del John Jay College en la ciudad de Nueva York. “Quizás todavía estaban realizando su investigación, quizás no estaban del todo seguros de lo que tenían. Pero incluso si no sabían, debieron errar por exceso de cautela y emitir un aviso”.
El jefe policial del condado Los Ángeles, Robert Luna, dijo el lunes que su departamento fue “estratégico” en su decisión de difundir la información, pero que igual revisaría lo que ocurrió.
“Cuando empezamos a difundir información, nuestra prioridad era tener a esta persona bajo custodia”, dijo Luna. “Al final funcionó. Vamos a volver y revisarlo, como siempre hacemos. Nadie es más crítico que nosotros en cuanto a qué funcionó y específicamente qué no funcionó, y evaluaremos eso y veremos la razón de la espera, para determinar cuál era el riesgo al público en ese momento”.
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Condon y Mustian reportaron desde Nueva York; Watson desde San Diego y Christopher Weber desde Los Ángeles.