MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
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El dictamen de 1973, anulado el año pasado por el Tribunal Supremo en una decisión enormemente polémica, constituyó desde su declaración la piedra de toque de la legislación norteamericana sobre el aborto. Su anulación supuso la revocación del aborto como derecho constitucional y la legislación queda ahora en manos de cada estado individual.
No obstante, el Gobierno federal estadounidense goza de ciertas competencias como las aprovechadas este domingo por Biden, quien ha dado orden al la Secretaría de Salud y Servicios Humanos para que establezca una nueva guía de apoyo a proveedores y farmacias para distribuir a las pacientes los medicamentos que necesiten.
De igual modo, el memorándum presidencial también ordena la puesta en práctica de una nueva guía para garantizar un acceso seguro a estos medicamentos en farmacias "libres de amenazas y violencia".
El presidente ha lamentado que la decisión del Supremo "arrebata al pueblo estadounidense un derecho constitucional" a pesar de que "las mujeres deberían poder tomar estas decisiones profundamente personales sin interferencias políticas".
"Sin embargo, los republicanos en el Congreso y en todo el país continúan presionando para que se prohíba el aborto a nivel nacional, para criminalizar a los médicos y enfermeras y para dificultar el acceso a los métodos anticonceptivos. Es peligroso, extremista y completamente ajeno a la realidad", ha lamentado.
Por último, Biden ha pedido una vez más que dé luz verde a una iniciativa para codificar todas las protecciones de Roe v. Wade en forma de ley federal como "la única forma en que el derecho de la mujer a elegir en todos los estados del país podrá ser garantizado".