BARCELONA, 19 (EUROPA PRESS)
El Tratado de Amistad y Cooperación sellado este jueves por España y Francia contempla intensificar los contactos entre ambos países para buscar un "frente común" en la Unión Europea y las relaciones internacionales, con relación constante entre ambos Gobiernos e incluso 'intercambios' periódicos en los respectivos Consejos de Ministros.
El documento ha sido firmado por los presidentes Pedro Sánchez y Emmanuel Macron durante la XVIII Cumbre Hispano-Francesa en Barcelona, quienes han puesto en valor lo "histórico" del momento, ya que es el primer tratado de este tipo pese a la intensidad de la relación bilateral. Según Macron, había que solucionar esta "anomalía".
El tratado incluye diversos mecanismos para reforzar la cooperación, como la celebración anual de cumbres bilaterales o contactos entre los distintos ministerios. También, el Tratado recoge que un miembro del Gobierno de una de las partes será invitado al Consejo de Ministros de la otra parte, al menos una vez cada tres meses y por rotación.
Una parte importante está centrada en la Unión Europea, donde ambos países se comprometen a mantener una "concertación estrecha" sobre los temas comunitarios y el proceso de ampliación de la Unión Europea.
"Tanto a nivel político como de altos funcionarios, las partes se consultarán regularmente antes de las grandes decisiones europeas sobre temas de interés común, con el fin de tratar de establecer posiciones comunes y de impulsarlas conjuntamente", reza el documento.
En política exterior, España y Francia acuerdan que su red diplomacia comparta análisis para promover intereses comunes en regiones como el Mediterráneo y África; además de la necesidad de profundizar los vínculos con América Latina y el Caribe. El Tratado contempla así consultas periódicas entre los ministros de Asuntos Exteriores y el intercambio recíproco de diplomáticos entre ambos departamentos.
En el apartado de defensa, corroboran su compromiso con la OTAN a la vez que apuestan por una defensa europea "más fuerte", y apuntan a una cooperación también en el ámbito industrial para alcanzar la interoperabilidad de sus Fuerzas Armadas, con proyectos comunes. Para todo ello, habrá reuniones anuales del Consejo de Defensa y Seguridad, en el que participan los titulares de Exteriores y de Defensa.
COOPERACIÓN MIGRATORIA
Por otra parte, el tratado prevé la creación de un grupo de trabajo sobre cuestiones migratorias en el que participarán "los servicios responsables de la gestión de fronteras, migración, asilo, integración y lucha contra las redes de inmigración ilegal" y que podrá ampliarse en caso de ser necesario.
Asimismo, ambos gobiernos se comprometen a promover "vías legales de migración, integración e inclusión social de los migrantes regulares" y han acordado que sus ministros de Exteriores e Interior se reúnan de forma periódica para "abordar la dimensión exterior" de la migración.
Por otra parte, el texto también contempla "el despliegue, llegado el caso, de unidades operacionales binacionales" así como "la realización de operaciones comunes o conjuntas para la lucha contra las redes de tráfico de personas".
En materia de justicia e interior, igualmente se pone de relieve "el alto grado de cooperación" entre las fuerzas y cuerpos de seguridad y las autoridades judiciales y penitenciarias de ambos países y se expresa la voluntad de seguir por esta senda, en particular mediante los grupos de trabajo de lucha antiterrorista y el de enlace antidroga ya existentes.
FORO ECONÓMICO ANUAL
Por lo que respecta a la economía, el tratado prevé que se organice anualmente un foro económico y empresarial bilateral en colaboración con la CEOE y la patronal francesa, así como una mayor cooperación en el ámbito turístico, habida cuenta de la importancia que este sector tiene para las economías de los dos países.
España y Francia han acordado también dar prioridad a las interconexiones energéticas y en concreto reafirman su compromiso de desarrollar los proyectos de interconexión eléctrica y el corredor para transportar hidrógeno H2Med "de forma equitativa y de conformidad con las normas europeas", según indica el texto.
Asimismo indican que colaborarán con los reguladores energéticos y la Comisión Europea para conseguir el máximo de financiación europea --un máximo del 50% del coste total-- y facilitar su evaluación y despliegue.
Ambos países también consideran prioritarias las interconexiones de transporte y telecomunicaciones "incluidos los corredores 5G", y aseguran que impulsarán proyectos para favorecer la movilidad "segura fácil y sostenible" de pasajeros y mercancías "en el marco de la Redes Transeuropeas de Transporte".
COMITÉ DE COOPERACIÓN TRANSFRONTERIZA
Por otro lado, España y Francia van a crear un Comité de Cooperación Transfronteriza de carácter consultivo, integrado por representantes de ambas administraciones, con el objetivo de dar seguimiento a la implementación de la Estrategia de Cooperación Transfronteriza prevista en este tratado.
El acuerdo también menciona que se comprometen a facilitar el reconocimiento de los títulos sanitarios y médicos en ambos países y fomentarán el aprendizaje de la lengua del vecino y su uso en la vida cotidiana en los espacios transfronterizos.
Asimismo, hay un compromiso explícito a reforzar la cooperación en el ámbito educativo y cultural, que incluye el impulso del español y el francés al otro lado de los Pirineos, una mayor equivalencia en los títulos universitarios y la doble obtención del bachillerato francés y el español o la promoción de proyectos culturales conjuntos, entre otros.
ZONA MARÍTIMA PROTEGIDA EN EL MEDITERRÁNEO
Por último en materia medioambiental, los dos países apoyarán el reconocimiento por la Organización Marítima Internacional de una Zona Marina Especialmente Sensible (ZMES) en el Mediterráneo noroccidental.
También la formulación de propuestas de nuevas Zonas de Control de Emisiones de Azufre (SECA) en el Atlántico y de Nitrógeno (NECA) en el Mediterráneo para su presentación a la Organización Marítima Internacional.
Igualmente seguirán cooperando para vigilar y proteger las especies amenazadas, especialmente del urogallo y de la población de osos en los Pirineos, fomentando su cohabitación con las actividades humanas.