Los activistas antiaborto tendrán abundantes razones para celebrar -y algunas razones para inquietarse- cuando se reúnan el viernes en Washington en la ‘Marcha por la Vida’, que se lleva a cabo cada año.
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La marcha se realiza desde enero de 1974, al año siguiente de que la Corte Suprema ratificó el fallo del caso Roe vs. Wade que en la práctica legalizó el derecho al aborto en todo el país.
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Primera marcha desde que la corte anuló el fallo
Desde entonces, 12 estados gobernados por republicanos han implementado amplias prohibiciones al aborto, y hay otros que planean hacer lo mismo.
Pero esas gestiones se han visto contrarrestadas por otras: los activistas antiaborto han sido derrotados en referéndums en Kansas, Michigan y Kentucky, y varios tribunales estatales han bloqueado la implementación de prohibiciones al aborto.
Al mismo tiempo, han surgido campañas para ayudar a mujeres en estados donde la interrupción del embarazo está prohibida, ya sea para llevarlas a otros estados para abortar o para darles acceso a píldoras que interrumpan su embarazo.
“Es casi como el Viejo Oeste ... todo está fluctuando”, declaró Carol Tobias, presidenta de National Right to Life Committee.
Activistas provida contra los derechos civiles
En momentos en que diversos estados gobernados por demócratas están tomando medidas para proteger y ampliar el acceso al aborto, Tobias comparó la situación actual con la era antes de la Guerra Civil, cuando el país estaba dividido entre estados que permitían la esclavitud y los que se oponían.
“No me sorprendería que tengamos ese tipo de situación por unos cuantos años”, sostuvo Tobias. “Pero sí estoy segura de que los activistas pro-vida no cederán. Para nosotros es un tema de derechos civiles”.
El tema de la marcha este año es “Los próximos pasos: Marchando hacia el futuro en un Estados Unidos Post-Roe”. Entre los ponentes estarán el entrenador de fútbol americano Tony Dungy y la fiscal general de Mississippi, Lynn Fitch, quien ganó el caso que anuló Roe en la Corte Suprema.