MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
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Las observaciones realizadas desde múltiples observatorios espaciales y terrestres muestran que el viento solar podría estar alimentado en gran medida por mini-chorros en la base de la corona, la atmósfera superior del Sol. Este hallazgo está ayudando a los científicos a comprender mejor el misterio de hace 60 años sobre qué calienta y acelera el viento solar.
Según Nour Raouafi, director del estudio y científico del proyecto Parker Solar Probe en el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins (APL) de Laurel (Maryland), "estos nuevos datos nos muestran cómo se pone en marcha el viento solar en su origen". "Se puede ver el flujo del viento solar surgiendo de diminutos chorros de plasma a millones de grados por toda la base de la corona. Estos hallazgos tendrán un enorme impacto en nuestra comprensión del calentamiento y la aceleración del plasma coronal y del viento solar".
Comprender el viento solar es fundamental para entender nuestro sistema solar y otros sistemas del universo, y es el principal objetivo científico de la misión Parker Solar Probe. Formado por electrones, protones e iones más pesados, el viento solar atraviesa el sistema solar a una velocidad aproximada de 1 millón de kilómetros por hora, informa la NASA.
Cuando el viento solar interactúa con el campo magnético de la Tierra, puede crear auroras impresionantes, así como interrupciones en los sistemas GPS y de comunicaciones. Con el tiempo, el viento solar y los vientos estelares de otros sistemas solares también pueden afectar a la composición y evolución de las atmósferas planetarias, e incluso influir en la habitabilidad de los planetas.
En la Tierra, el viento solar suele ser una brisa constante. Por ello, los científicos han estado buscando una fuente estable en el Sol que pudiera alimentar continuamente el viento solar. Sin embargo, los nuevos hallazgos -aceptados para su publicación en Astrophysical Journal y publicados en ArXiv- muestran que el viento solar podría estar en gran parte energizado y alimentado por chorros individuales que entran en erupción de forma intermitente en la parte inferior de la corona. Aunque cada mini-chorro es relativamente pequeño -sólo mide unos cientos de kilómetros-, su energía y masa colectivas podrían ser suficientes para crear el viento solar.
Según Craig DeForest, físico solar del Southwest Research Institute de Boulder (Colorado) y coautor del nuevo artículo, "este resultado implica que, probablemente, todo el viento solar se libera de forma intermitente, convirtiéndose en un flujo constante, del mismo modo que los aplausos individuales en un auditorio se convierten en un rugido constante cuando el público aplaude". "Esto cambia el paradigma de cómo pensamos sobre ciertos aspectos del viento solar".