MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
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El filme, entorpecido por la censura de la dictadura franquista y acompañado por un halo de 'película maldita' desde su estreno a medidados de los sesenta, fue uno de los primeros en acercarse al neorrealismo italiano en España de la mano de Mariscal. La madrileña, actriz de cabecera en las películas españolas de los 40 y 50, fue una de las primeras mujeres en encarnar un personaje masculino en el teatro, en fundar su propia productora y en ponerse detrás de las cámaras donde llegó a capitanear una decena de películas.
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"El humanismo y existencialismo del texto de Delibes se convirtieron en imágenes en este largometraje con el que la directora representó la vida de un cotidiano pueblo de la sierra de Ávila, con sus penalidades y alegrías. Mariscal filmó un retablo costumbrista del mundo rural y sus gentes durante la dictadura. Para ello utilizó como hilo conductor a Daniel, un niño apodado 'El mochuelo' al que su padre quiere enviar a la ciudad para que termine sus estudios y sea un hombre de provecho. Durante las horas previas a su marcha, por la mente del adolescente desfilan los recuerdos del pueblo y de sus vecinos", destaca el comunicado de FlixOlé.
"El bucólico retrato maquilla el ambiente opresivo, la falta de oportunidades y el paternalismo religioso que evidencia la película. Una crítica social que, paradójicamente, no descarga su culpa en los personajes. La ternura e inocencia de los protagonistas alcanzan de lleno al espectador, y dejan en éste numerosos episodios imborrables: como el del ejército de beatas persiguiendo las pecaminosas conductas de sus convecinos; las diabluras de los jóvenes del lugar, algunas de las cuales terminan en tragedia; el juego de la cucaña como excusa para ensalzar la masculinidad entre los lugareños; o las sonrisas y lágrimas de la pequeña Mariuca-Uca", destaca la plataforma sobre El camino, que fue proyectada en la sección de clásicos de la 74ª edición del Festival Internacional de Cannes (2021).