El Papa alertó la “creciente polarización política y social” que debilita la democracia y ha instado a superar “siempre la lógica partidista” al recordar lo sucedido “en las últimas horas en Brasil”, después de que cientos de seguidores bolsonaristas asaltaran las instituciones del país, y también lo ocurrido recientemente en Perú o la “preocupante” situación en Haití.
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“Pienso en las diversas crisis políticas en distintos países del continente americano, con su carga de tensiones y formas de violencia que agudizan los conflictos sociales --ha dicho mencionando expresamente lo sucedido en Brasil, Perú y Haití--. Debemos superar siempre la lógica partidista y trabajar por la construcción del bien común”.
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En su tradicional discurso ante los embajadores acreditados ante la Santa Sede, Francisco ha repasado la situación internacional y también mencionado las crisis de Siria, Israel y Palestina, la República Democrática del Congo, el Cáucaso meridional, Yemen y Etiopía.
El Papa recordó el pontificado de Juan XXIII, cuando “todavía estaba viva la amenaza de una guerra nuclear” por la crisis de los misiles de Cuba y que “lamentablemente es evocada aún hoy día”. Tras reiterar su llamamiento a “proceder por el camino de un desarme integral, porque ninguna paz es posible allí donde proliferan instrumentos de muerte”, ha señalado los cuatro pilares citados por Juan XXIII en su encíclica ‘Pacem in terris’ (Paz en la tierra) para conseguirla: la verdad, la justicia, la solidaridad y la libertad.
La posesión de armas atómicas es inmoral
“Debo reiterar que la posesión de armas atómicas es inmoral”, manifestó tras subrayar “una preocupación particular por el estancamiento de las negociaciones para el reinicio del (...) acuerdo sobre el programa nuclear iraní” y el “deseo de que se pueda llegar cuanto antes a una solución concreta para garantizar un futuro más seguro”.
En el tradicional discurso de inicio de año, ha señalado, como ya ha hecho en otras ocasiones, que está en curso “la tercera guerra mundial de un mundo globalizado” y que “los conflictos implican a todos”.
Para el Papa, el actual conflicto en Ucrania ha hecho más evidente la crisis del multilateralismo, que necesita “un profundo replanteamiento”.