ROMA, 31 (EUROPA PRESS)
Los agentes de la policía han ordenado a los fieles y turistas que abandonaran la plaza en torno al mediodía, una hora y media después de que el Vaticano hubiera comunicado el fallecimiento de Benedicto XVI.
En estos momentos, las cuatro megapantallas que están instaladas en la plaza De San Pedro han cambiado su mensaje: "Para participar en las celebraciones se necesitan entradas gratuitas", puede leerse.
El funeral de Benedicto XVI se celebrará el jueves 5 de enero a las 9.30 horas en la Plaza de San Pedro y la misa estará presidida por el Papa Francisco.
El cuerpo de Benedicto XVI será expuesto en la basílica De San Pedro del Vaticano donde será honrado por los fieles que quieran pasar a darle un último adiós a partir de este lunes.
El Papa emérito ha fallecido a los 95 años este sábado 31 de diciembre a las 9.34 horas en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano.
El Papa emérito recibió el pasado miércoles la extrema unción de enfermos después de participar en la misa de la tarde en el monasterio Mater Ecclesiae, donde vivía retirado del mundo desde su renuncia al pontificado en 2013.
De hecho, las alarmas sobre el estado de salud de Benedicto XVI de 95 años saltaron a primera hora de ese día.
Fue el Papa Francisco, quien tras la catequesis pública de los miércoles celebrada en el aula Pablo VI del Vaticano, despertó la inquietud general al pedir una "oración especial" por su antecesor y avisó de que estaba "muy enfermo".
"Querría pediros a todos vosotros una oración especial para el papa emérito Benedicto XVI, que en silencio está sosteniendo la Iglesia: recordadlo, está muy enfermo, pedimos al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final", señaló entonces.
Aunque el Papa emérito conservaba intacta la lucidez intelectual que caracterizó su pontificado, sus fuerzas se habían ido apagando poco a poco, como ha explicado en varias declaraciones su secretario personal, Georg Gänswein, quien ha permanecido a su lado todos estos años.
La salud de Benedicto XVI se convirtió en un motivo de preocupación cuando sorprendió al mundo al anunciar en febrero de 2013 que abandonaba el liderazgo de la Iglesia católica porque no se sentía con fuerzas suficientes para continuar en el cargo.
La última vez que un Papa renunció al pontificado fue en 1415, cuando Gregorio XII dio un paso al lado tras la huella de Celestino V, el primer obispo de Roma que abandonó la sede petrina en 1294.
Sin embargo, a Benedicto XVI, que hubiera cumplido 96 años en abril, la única enfermedad que se le conocía era una infección que le afectaba a la mitad derecha de su rostro.
Se trataba de un herpes zóster, que además de ser muy doloroso, le provocaba fiebre, según reveló el periodista alemán Peter Seewald, quien está considerado su biógrafo, al diario alemán 'Passauer Neue Presse' tras visitarlo en 2020.