MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
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El veterano piloto madrileño volverá a estar, a sus 60 años, en la línea de salida del considerado 'raid' más duro del mundo, con la esperanza de estar con los de delante y de poder pelear, pese a su 'inferioridad' en su coche, por la que sería su cuarta victoria tras las de 2010, 2018 y 2020, esta última ya en el emplazamiento del rally en las dunas saudíes.
Sainz, acompañado como copiloto por Lucas Cruz, vuelve a apostar en esta edición por el innovador proyecto de Audi RS Q e-tron E2, un vehículo propulsado con motores eléctricos y extensor de autonomía, muy en consonancia con la sostenibilidad, pero en inferioridad de condiciones con sus rivales.
"Pesa 90 kilos menos, pero por reglamentación llevaremos 100 más que los demás, es difícil entender que nosotros vayamos con 2.100. No animar vía reglamento a las marcas a ir hacia ese camino de la sostenibilidad con ciertas ayudas me sorprende", recalcó en la presentación en Madrid de su proyecto donde, pese a todo, aseguró que pueden "luchar por la carrera", aunque no se situó entre los favoritos.
El piloto español cree que llega mejor preparado para esta edición que el año pasado cuando no pudo estar con los mejores y terminó en la duodécima posición, pero con dos victorias parciales que elevan su contador total a 41. A su lado estará otros dos candidatos como el francés Stephane Peterhansel, 14 veces ganador del Dakar, y el sueco Matthias Ekstrom.
El favoritismo recae inicialmente en el Toyota Hilux del catarí Nasser Al-Attiyah, ganador el año pasado y que busca su quinta victoria en el 'raid' avalado por haber ganado el Campeonato del Mundo de la especialidad. Otro piloto a tener en cuenta en las apuestas iniciales será el francés Sebastian Loeb, segundo el año pasado y que repite con el Hunter del equipo Prodrive para la conquista de un Dakar que se le resiste desde su debut en 2016.
Además de Sainz, también habrá que tener en cuenta lo que puedan hacer Laia Sanz, Isidre Esteve y Cristina Gutiérrez. La catalana corre por segunda vez en la categoría de coches con su nuevo equipo, el Astara, con el que aspira a mejorar el puesto 23 logrado con Mini en su debut, y el ilerdense acude optimista con un Toyota Hilux con el que espera ser mucho más competitivo y acercarse aún más al 'Top 10'. La burgalesa aspirará a ganar la categoría T3, donde el año pasado fue tercera, con un nuevo y más fiable coche del Red Bull Can-Am Factory Team.
BARREDA, A POR EL RÉCORD DE VICTORIAS
Por otro lado, en la categoría de motos, las mejores opciones españolas vienen una vez más de la mano de Joan Barreda, que decidió a última hora participar en el rally después de salir del equipo oficial de Honda.
De todos modos, el castellonense correrá con su propio equipo, pero una moto de la fábrica japonesa, que también le dará asistencia en un Dakar en el que podría hacer historia. El español suma 29 victorias parciales y está a cuatro del récord en dos ruedas de los franceses Stephane Peterhansel y Cyril Despres.
El británico Sam Sunderland (GasGas) defenderá su victoria de 2022 y será el primer rival a batir entre las motos de la marca KTM que tiene otras principales bazas como Matthias Walkner, Toby Price y Kevin Benavides, mientras que HRC intentará replicar con otros veteranos como Adrien Van Beveren, Ricky Brabec o Pablo Quintanilla.
Todos los 'aventureros' tendrán que afrontar una exigente edición que será más larga, con 15 etapas, una más, y más kilómetros, más de 8.500, con 4.708 de especiales, con mucha importancia de la navegación con el recorrido por el Empty Quarter, con mucha arena y dunas, mientras que tampoco las etapas darán margen a correr demasiado.
Además, en la categoría de motos, para recompensar las victorias de etapa y minimizar el hecho de que al día siguiente el ganador abra la especial, la organización les otorgará bonificaciones. Los coches no tendrán la parada obligatoria de ediciones anteriores.