MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
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Sudáfrica está viviendo una crisis de cortes de luz y apagones sin precedentes gracias a una mezcla de múltiples factores, como la corrupción e incompetencia, pero también sabotajes y precarias instalaciones y centrales eléctricas obsoletas que aún funcionan con carbón.
Es el caso de la principal central nuclear de 40 años de antigüedad, cerca de Ciudad del Cabo, que abastece a gran parte del país. Dichas instalaciones están previstas que sean desmanteladas el próximo año para llevar a cabo obras de remodelación, privando a la red eléctrica de valiosos megavatios.
El director general de Operaciones de la compañía, Jan Oberholzer, ha avanzado que los tres primeros meses de 2023 van a ser "difíciles", un periodo, ha subrayado, que "va a ser realmente complicado", informa el portal Africa News.
En esa línea se ha manifestado el director general saliente de Eskom, Andre de Ruyter, quien se mantendrá en el cargo hasta marzo después de presentar hace unas semanas su dimisión, alegando falta de apoyo político y la corrupción como principales escollos para poder solventar este problema.
"Las perspectivas para el año que viene son muy limitadas", pues el país necesitaría entre 4.000 y 6.000 megavatios de capacidad adicional para la red, ha explicado De Ruyter
Por su parte, el Gobierno ha trasladado que se están dando casos de sabotaje como consecuencia del fraude y la corrupción que impera, por lo que anunció la semana pasada el despliegue de pequeños batallones de soldados para proteger cuatro centrales eléctricas y expulsar de ahí a las organizaciones criminales.