BELÉN, Cisjordania (AP) — El pueblo bíblico de Belén celebró el sábado una feliz Navidad, con miles de personas visitando el lugar donde según la tradición nació Jesucristo, mientras se recupera de la pandemia de coronavirus.
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El turismo es el principal sostén económico de esta ciudad en la Cisjordania ocupada y debido a los dos años de la pandemia no hubo visitantes internacionales.
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Este año que está por terminar, los visitantes regresaron, los hoteles están llenos y las tiendas registran gran actividad por las celebraciones de fin de año. Aunque las cifras no han alcanzado los niveles previos a la pandemia, el regreso de los turistas ha levantado palpablemente el ánimo en Belén.
“Estamos celebrando la Navidad este año en una manera muy diferente a la del año anterior”, declaró la ministra palestina de Turismo, Rula Maayah. “Estamos celebrando la Navidad con peregrinos provenientes de todo el mundo”.
A lo largo del día, cientos de personas pasearon por la plaza del Pesebre para celebrar la Nochebuena. Bandas de música tocando tambores y gaitas desfilaron por la zona, y los turistas extranjeros deambularon y se tomaron selfies con el gran árbol de Navidad de la ciudad a sus espaldas.
El clima frío y gris, junto con una lluvia ocasional, hizo poco para desalentar los ánimos, aunque muchas personas acudieron al interior de las tiendas y restaurantes para calentarse. Al caer la noche, las multitudes se habían reducido.
Daisy Lucas, una filipina de 38 años que trabaja en Israel, dijo que era un sueño hecho realidad celebrar la festividad en un lugar tan importante.
“Como cristiana, caminar en los lugares bíblicos, es tan increíble”, afirmó. “Este es el lugar de nacimiento de Jesucristo. Como cristiana, ese es un logro que estaba en mi lista de deseos”.
El patriarca latino Pierbattista Pizzaballa, el máximo clérigo católico en Tierra Santa, llegó desde la vecina Jerusalén para saludar a los devotos. Llegó cruzando un retén en la barrera que separa Cisjordania de Israel.
“Estamos viviendo desafíos muy difíciles”, declaró, indicando la guerra en Ucrania y una reciente ola de violencia entre israelíes y palestinos. “Pero el mensaje de Navidad es un mensaje de paz”.
“Es posible cambiar las cosas”, agregó. “Seamos muy claros en lo que tenemos que hacer y lo que tenemos que decir para preservar la importancia de la unidad y la reconciliación entre todos”.
Pizzaballa caminó por la plaza del Pesebre, saludando a la gente antes de dirigirse a la Iglesia de la Natividad, construida en el lugar donde los cristianos creen que nació Jesús. Más tarde, celebraría la misa de medianoche, mejor conocida como la Misa de Gallo.
Cientos de millones de cristianos dieron la bienvenida a la festividad, cerrando un año tumultuoso caracterizado por conflictos y hechos de violencia en muchas partes del mundo.
En la Ucrania devastada por la guerra, las luces deslumbrantes que suelen iluminar la plaza Sophia de Kiev no fueron encendidas debido a restricciones y cortes de energía. En cambio, un modesto árbol decorado con luces azules y amarillas apenas iterrumpía la penumbra de la plaza. El alcalde Vitali Klitschko lo ha llamado el ”Árbol de la invencibilidad”.
En Estados Unidos, una tormenta invernal azotó gran parte del país, causando ventiscas cegadoras, lluvia helada y temperaturas extremadamente bajas que provocaron la cancelación de muchos eventos festivos y crearon caos para los viajeros.
Pero frente a la costa central de Florida, donde las temperaturas bajaron hasta los 27 grados Fahrenheit (-2,7 grados Celsius), más de 100 surfistas vestidos con trajes de Papá Noel desafiaron las gélidas aguas del Océano Atlántico por la mañana para el festival anual Surfing Santas.
NORAD, la agencia militar estadounidense conocida por su tradición lúdica de rastrear a Papá Noel cuando entrega regalos en Nochebuena, informó que no espera que el COVID-19 ni las tormentas que azotan Norteamérica afecten el recorrido global de Santa Claus.
“Creo que Santa se sentirá como en casa con el clima ártico que azota Estados Unidos contiguo”, indicó el teniente general David Nahom, funcionario de NORAD con base en Anchorage, Alaska.
En México, es casi seguro que decenas de miles de migrantes que huyeron de la violencia y la pobreza en sus países de origen pasarán la Navidad en refugios abarrotados o en las calles de ciudades que hacen frontera con Estados Unidos, donde el crimen organizado los ataca de manera rutinaria.
La realidad actual era visible en la plaza del Pesebre, de la ciudad de Belén, donde se exhibieron pancartas con fotos del prisionero palestino Nasser Abu Hamid. El preso veterano murió de cáncer la semana pasada en una clínica de la prisión israelí después de pasar unos 20 años tras las rejas tras ser condenado por la muerte de siete israelíes.
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Schoenbaum reportó desde Raleigh, Carolina del Norte.