MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
A pesar de acabar la primera fase empatadas en la clasificación con el Bayern de Munich, el duelo directo a favor por el 3-0 endosado a las bávaras en Barcelona por el 3-1 en Múnich hacía depender de sí mismas a las de Jonatan Giráldez para liderar la tabla. El triunfo del conjunto alemán por 2-0 ante el Benfica no les fue suficiente para pasar a las catalanas.
Mientras el Barça y el Arsenal sellaron su pase a la siguiente ronda como cabezas de serie en el sorteo, en el bombo 2 estarán el Bayern y el Olympique de Lyon, que es la primera rival que podría tocarle al conjunto azulgrana. Este jueves se completará el cuadro con los partidos de los grupos A y B, donde Chelsea, PSG, Wolfsburbgo y Roma se jugaran los primeros y segundos puestos.
El conjunto azulgrana salió en tromba a por el último partido del año, ante un combinado sueco que poco o nada pudo hacer para frenar el arreón culé. Apenas habían pasado quince minutos cuando la delantera nigeriana Asisat Oshoala ya había firmado un doblete.
Aunque en el primer tanto se aprovechó de un disparo al poste de Aitana Bonmatí, en el segundo gol la atacante sacó a relucir su pegada para rematar un centro de Mariona en el corazón del área. A punto de finalizar la primera mitad, Mapi ejecutó de forma magistral una falta directa, tras conectar un disparo potente y ajustado al palo derecho de la portería sueca.
El rodillo azulgrana siguió haciendo de las suyas tras la reanudación. Nada más comenzar los segundos 45 minutos Rolfö se aprovechó de una gran maniobra de Aitana, con pase de tacón incluido, para poner el cuarto en el marcador y sentenciar, sino lo estaba ya, el choque. Poco después Marta Torrejón firmó el quinto tras un error de la portera sueca y antes de llegar al 70' Irene Paredes puso el sexto.
La internacional española se impuso en el área a toda la defensa sueca para rematar entre los tres palos un córner y firmar el 'set' azulgrana. Dominio absoluto de las locales que no pararon de intentarlo hasta el pitido final, en detrimento de un Rosengard que se limitó a defenderse con uñas y dientes ante el potencial ofensivo de las culés.