NAIROBI, Kenia (AP) — A medida que un conflicto letal en Etiopía comienza a apaciguarse, otro está creciendo, en un reto para un gobierno que está ansioso de convencer a la comunidad internacional de que suspenda las sanciones y reanime la que solía ser una de las economías de África que crecía más rápido.
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Incluso en un momento en que el primer ministro etíope Abiy Ahmed se encuentra en la cumbre entre Estados Unidos y África esta semana para promover el acuerdo de paz del mes pasado entre su gobierno y las autoridades de la región de Tigray en el país, la región de Oromía, de mayor tamaño, parece estar cada vez más inestable.
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El segundo país más poblado de África, con 120 millones de habitantes, está de nuevo haciendo frente a tensiones letales entre grupos étnicos y sus aliados armados. El grupo étnico de los oromo y el de los amhara, los más grandes del país, alegan que han ocurrido asesinatos de los suyos y culpan al otro. Debido a que con frecuencia las telecomunicaciones están interrumpidas, y los residentes suelen temer represalias si alzan la voz, se desconoce la cifra de muertos por la violencia en Oromía.
En declaraciones a The Associated Press a condición de guardar el anonimato debido a que temen por su seguridad, varios habitantes de Oromía describieron ataques letales en las últimas semanas.
Un testigo en el distrito Kiramu de la región dijo que su padre y su hijo estaban entre al menos 34 personas asesinadas desde el 24 de noviembre. Culpó a soldados controlados por el gobierno regional de Oromía, pues dice haber visto sus uniformes.
“Todo comenzó con un enfrentamiento entre una sola milicia local y miembros de las fuerzas especiales de Oromía”, señaló. “Las fuerzas especiales mataron a la milicia, que estaba formada por miembros de la comunidad amhara, y entonces siguió una semana de homicidios”. Calculó que desde entonces cientos de personas han huído de la zona.
Sin embargo, un residente de Kiramu de la etnia oromo acusó a un grupo armado amhara conocido como Fano de atacar y matar a civiles, y dijo que había visto más de una docena de cadáveres y enterró a cuatro de ellos el 29 de noviembre.
“Este grupo de milicianos está matando a nuestra gente, quemando poblados y saqueando todo lo que poseemos”, le dijo Dhugassa Feyissa a la AP. “Le disparan a cualquiera que encuentran... sean servidores públicos, policías o profesores”.
Los oromo y los amhara han vivido juntos durante años, señaló, pero nunca antes habían visto combates como estos.
El administrador adjunto del distrito Gidda Ayanna, donde también ha ocurrido alguna de la peor violencia de Oromía en las últimas semanas, también culpó a los milicianos Fano de los amhara.
“Los civiles de nuestra área están siendo asesinados, desplazados y saqueados. Este grupo está fuertemente armado, por lo cual no pueden hacerle frente los agricultores, que están indefensos”, dijo Getahun Tolera, e hizo notar que en su distrito están ahora unas 31.000 personas que huyeron de distritos cercanos. “Aún estamos yendo de casa en casa y descubriendo cadáveres”.
Funcionarios del gobierno federal etíope declinaron comentar sobre los asesinatos en Oromía y aún no han hablado abiertamente acerca de ellos. La semana pasada el primer ministro sólo dijo que algunos “enemigos con puntos de vista extremistas” estaban tratando de desestabilizar al país, sin dar detalles.
Las fuerzas de seguridad etíopes, los insurgentes oromo y las milicias amhara están combatiéndose entre sí en Oromía, la región más grande de Etiopía, dijo William Davidson, analista del International Crisis Group, una organización no gubernamental.
“En medio de una creciente lucha del gobierno contra los rebeldes, los tres han atacado a civiles, en especial a los de la etnia amhara, lo cual ha llevado a un incremento en la violencia por parte de milicias amhara que dicen estar defendiendo a sus comunidades”, señaló.
En un momento en que las fuerzas federales de seguridad etíopes combaten al Ejército de Liberación de los Oromo, que el gobierno considera un grupo terrorista, los oromo y los amhara, y sus aliados armados, también están enfrentándose por agravios viejos y nuevos.
Colonos amhara se trasladaron por primera vez a Oromía en masa en la década de 1980, durante una hambruna en el norte de Etiopía. Vivieron pacíficamente allí hasta los últimos tres años. El ELO se escindió de una organización política oromo y presuntamente comenzó a atacar a los amhara, en ocasiones para vengarse de sus bajas frente a las fuerzas gubernamentales. Supuestamente milicianos amhara comenzaron a atacar a personas de la etnia oromo, y las fuerzas regionales de seguridad se involucraron.
Los oromo son el mayor grupo étnico de Etiopía, seguido por los amhara, que han dominado la política del país durante generaciones. Muchos oromo estaban felices cuando Abiy, que dice ser oromo, se convirtió en primer ministro en 2018. Pero esa emoción se ha tornado en frustración debido a la creciente violencia.
En los últimos días se han llevado a cabo mítines en algunas comunidades para protestar por los homicidios. La semana pasada, la Comisión Etíope de Derechos Humanos, nombrada por el gobierno, dijo que “cientos” de personas habían sido asesinadas de una “manera espantosa” en los últimos cuatro meses a lo largo de 10 zonas de la región de Oromía, y confirmó la presencia de fuerzas gubernamentales, milicias amhara y del ELO en áreas donde ocurren asesinatos repetidas veces.
“Los ataques deliberados contra civiles en estas áreas se llevan a cabo con base en la etnia y las posiciones políticas... bajo el alegato de que uno respalda a un grupo por encima del otro”, señaló la comisión, exhortando al gobierno federal a actuar urgentemente.
Partidos de oposición también están haciendo oír su voz. El Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope, el Partido por la Unidad de Etiopía y el Partido Enat exhortaron a que haya más seguridad para las comunidades afectadas, y un alto funcionario etíope del opositor Movimiento Nacional de los Amhara le pidió al gobierno federal que intervenga.
“Todos nosotros nos hemos convertido en un país que muestra no tener una fuerte aversión a un continuo derramamiento de sangre de inocentes, dondequiera que pueda ocurrir”, dijo Belete Molla en una publicación en Facebook este mes.
Otra destacada figura política, el político opositor oromo Jawar Mohamed, manifestó este mes que al menos 350 personas han sido asesinadas y más de 400.000 se vieron forzadas a desplazarse “tan sólo en las últimas 48 horas” en las áreas de Kiramu, Horo Guduru, Kuyu y Wara Jarso de Oromía.
“El gobierno necesita dejar de pretender que no está pasando nada”, señaló Jawar en Facebook. “El conflicto se está convirtiendo rápidamente en una guerra entre comunidades que involucra a civiles. Si no es contenido pronto, probablemente se extenderá a otras partes de los dos estados regionales y más allá”.