WASHINGTON (AP) — La inflación en Estado Unidos se desaceleró el mes pasado, el indicio más reciente de que los precios están cediendo pese a la presión que sigue ejerciendo sobre los consumidores.
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Los precios al consumidor aumentaron anual 7,1% en noviembre, informó el gobierno el martes. Ello representa una disminución considerable con respecto del 7,7% en octubre y al máximo de 9,1% en junio. Es la quinta vez consecutiva que esa estadística disminuye.
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A una tasa mensual, el índice de precios al consumidor aumentó apenas 0,1%. Y la llamada inflación subyacente —que excluye renglones más volátiles como los alimentos y el combustible y que es vigilada atentamente por la Reserva Federal— se desaceleró a un 6% comparado con el mismo mes del año anterior. De octubre a noviembre, la inflación subyacente aumentó 0,2%, el alza más pequeña desde agosto de 2021.
Con todo, las cifras más recientes apuntan a que la inflación en Estados Unidos está cediendo gradualmente comparado con el abrupto aumento de precios de hace 18 meses y tras alcanzar una cima no vista en cuatro décadas.
Los precios de la gasolina han caído pronunciadamente respecto del pico que alcanzaron durante el verano. También bajaron en noviembre los precios de vehículos usados, atención médica, pasajes aéreos y habitaciones de hotel. Lo mismo con los muebles y las tarifas de la electricidad.
Los precios en los supermercados, sin embargo, aumentaron 0,5% de octubre a noviembre y un 12% comparado con noviembre del año pasado. También subieron los precios de viviendas, aunque esas cifras no reflejan las más actualizadas que demuestran un descenso en los precios de las casas y los alquileres de los apartamentos.
“La inflación fue terrible en 2022, pero el panorama luce mucho más alentador en 2023”, estimó Bill Adams, economista de Comerica Bank. “Las cadenas de suministro están recuperándose y los inventarios de las tiendas están aumentando, y eso está aliviando la escasez que alimentó la inflación en 2020”.